OPINION, 5 noviembre 2020
Antes de entrar en detalles, es bueno que recordemos de donde viene este
decir. Viene de la obra de Shakespeare: Hamlet: Acto 3, escena 1, página 3. En
esencia “vivir o morir”, pero entre nosotros, asimilándola implica ‘o lo
hacemos o no lo hacemos’. En otras palabras, la toma de una decisión, sin
tantos rodeos. No está mal, que lo utilicemos en estos días en que se juega el
futuro del país.
Muchas veces ni siquiera
sabemos si lo adecuado es el actuar de una manera o de otra, inclusive si
debemos consultar con los que saben, con el fin de poder tomar decisiones
adecuadas. La mayoría de veces nos vemos precisados a tomar la derecha en lugar
de la izquierda y obviamente estamos expuestos a cometer errores.
No hay duda que a veces
nosotros nos quedamos cortos, no sabemos dónde están las fuentes de información
adecuadas. Hoy en día, más que nunca, encontramos información por doquier. Pero
que llamamos información, si esta está limitada por nosotros mismos, y
obviamente donde ella se encuentra. Por lo tanto ampliemos nuestro campo de
acción a los textos de estudio, las enciclopedias, internet, Youtube.com, etc.
¿Será que estamos destinados a
obtener la información, cuando ya es tarde? Es muy probable. O lo que es peor,
solo aprendemos cuando ya hemos tomamos decisiones. Claro, esto depende de
nosotros. Cada uno considera la vida con diferentes puntos de vista. Unos
porque es demasiado joven y otros porque ya cumplió, su misión. Olvidando que,
aún queda familia, que esperan precisamente, que seamos nosotros los expertos,
para ayudarlos a salir adelante.
Parece que siempre debemos
poner ejemplos para comprender mejor lo que debemos hacer. Pero no siempre
tenemos la persona adecuada al lado para lograr tal tipo de respuesta. Bueno
pero por que no cambiamos un poco nuestra forma de tomar decisiones. Si,
analizando varios puntos de vista y de acuerdo con las circunstancias tomar
finalmente la decisión. Inclusive darnos el gusto, si así se puede llamar, de
equivocarnos, para conocer que así no era, y poder corregir.
Regreso al ejemplo. La puerta
del garaje de nuestra casa chirrea cada vez que la abro, una más, otras menos,
sin dejar de causar inquietud. A veces
nos hemos acostumbrado a tal fondo musical, sin tomar en serio la acción a
seguir. Es más que lógico que chirree después de varias décadas de servicio. Lo
difícil, precisamente, es no estar uno preparado, y lo peor, que uno no está en
capacidad de superar el problema, en forma personal. ¡Wow!
Pero un día, mientras buscaba
información en Youtube.com para material de estudio, de nuestras clases, me
encontré con un técnico que describía en forma simple como se podía cambiar
tanto las rodachinas, como las bisagras sin recurrir a un técnico, sino que uno
mismo quien lo hiciera.
Me nació la idea del porque no
lo hacía yo mismo. En otra oportunidad, específicamente busqué cómo hacer para
realizar tal trabajo. Primero fue el utilizar las palabras adecuadas en inglés
para así facilitar varias opciones. No fue difícil, pero tampoco fácil. Cómo
puede uno, acostumbrado al trabajo de oficina, tener nociones sobre “door
rollers”, “bending track” or “removing
hinges”. Rodachinas, doblar parales y
cambio de bisagras.
Los invito a visitar el más
práctico de los 4 métodos: https://www.youtube.com/watch?v=EZYqbvhr_7U Quick Easy DIY Install Garage Door Rollers WITHOUT
bending track or removing hinges. Esta visita me motivo a realizar el trabajo sin
tantas vueltas y lo que es mejor al precio más bajo, $45,16 los cinco juegos de
rodachinas. Al técnico que le consulté, me dijo que su mano de obra solo sería
de $180 dólares. Obvio sin la compra del herraje.
Una vez que uno retira el
enchufe de la toma, en mi caso del techo del garaje, puede realizar las
operaciones que recomienda el técnico del aviso en Youtube. Tuve una duda, solo
cambiar las rodachinas, sin tocar las bisagras, aun cuando si previa limpieza,
pues tanto Lowes y Home Depot, el tamaño era superior, a las de mi garaje. El
trabajo no era tan fácil, como lo hacían ver. Aun así, mi corta experiencia, me
permitió superar las dificultades y airoso, salir adelante. Costo total $45.16,
tres horas de trabajo, el sábado a.m.
Conclusión:
¡O se hace o no se
hace! Se hace y punto.
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