OPINION, 13 agosto 2020
Si ustedes cuentan con Netflix
en su televisión, se darán cuenta de la multitud de películas de diferentes
autores, historias, etc. Entre la gran variedad de temas encontraremos uno que
nos parece de reciente creación Tiny House Nation. Esta organización presenta
una gran variedad de diseños, de acuerdo con necesidades de la familia a
ocupar, en especial de interiores en tamaños que puedan trasladarse en
estructuras no mayores a las de un RV.
Hay un programa de televisión
inglesa un poco diferente, por ejemplo, convirtiendo una lancha en un lugar donde vivir. El precio bajo, con
mínimas comodidades para vivir. La razón, evitar los altos costos de arriendo o
para evitar las hipotecas a 15 o más años.
Uno de esos casos me llamó
muchísimo la atención, una joven de unos 20 años, compró una lancha de unos 10 metros
de largo por unos tres de ancho para allí, previa adecuación pudiera contar con “su casa propia”, sin tener
que recurrir a préstamos, pagos mensuales de unos 10 a 15 años con las
respectivas hipotecas, lo que indefectiblemente afectaba la estabilidad económica
de la joven.
Superados los escollos de
compra, registro local, impuestos, etc., para iniciar su nueva casa, tenía que incrementar
la altura del techo de la lancha ya que era muy baja. Pero quién, cómo, cuándo,
dónde, costos, etc. Afortunadamente consiguió un funcionario de la alcaldía del
pueblo donde ella vivía, que la asesoró.
La joven, junto con el asesor,
determinaron que hacer. Se consiguió la persona adecuada y además de levantar
el techo, al mismo tiempo colocar un pequeño baño y luego, algo clásico para
los ingleses, la tina. Si, le consiguieron una de cobre. La nueva dueña de la
lancha quedo agradecida con su “nueva casa”.
Dado que la lancha era
relativamente estrecha se ingeniaron un “sofá” que de noche se ampliaba y
quedaba como una confortable cama con su respectiva iluminación. En la parte
delantera de la lancha se acomodó una pequeña salita, con mesa y asientos para admirar
el panorama. Finiquitados todos los arreglos “la nueva casa” quedo debidamente
anclada, facilitando así, su estabilidad y dirección.
De tal ejemplo pasemos a
Netflix, donde el equipo de diseñadores, dos, de carpintería, instalación
eléctrica, aire acondicionado, etc. etc. trabajan dejándonos boquiabiertos con
las maravillas que logran y de las cuales nosotros debemos aprender.
Tienen que ver este programa,
porqué es muy creativo, nos da maravillosas y practicas ideas para diseño de
interiores en nuestras casas. Es tan interesante este programa que diariamente tiene un modelo diferente, con todo el proceso,
desde contacto con los dueños hasta la entrega de la llave de la nueva propiedad.
A donde quiero llegar.
Sencillo, cuando yo era muchacho no sé por qué me dio “por ser independiente”,
en la casa de nuestros padres. Cosa bien rara en aquellas épocas, en particular
con nuestros padres que no siempre veían con buenos ojos la emancipación de sus
hijos, salvo cuando de allí saliéramos ya para casarnos.
Bueno, pues en nuestro hogar, de
padres y cinco hermanos logré que ellos me permitieran vivir en una casita de
madera que yo tendría que diseñar y obviamente construir. Yo ya había estudiado
dos años y medio dibujo arquitectónico lo que me facilitaba tener conocimientos
básicos de paredes de ladrido y luego “paredes” de madera como acá.
Sometido el “plano” a mis
padres, ellos dieron su aprobación. De inmediato procedí a comprar la madera,
el piso, las tejas Eternit de aquel tiempo y junto con la ayuda, en especial de
mi padre, levantar las “paredes de madera’ “en un santiamén”. Luego venia las
ventanas, los vidrios, la puerta, mi ‘escritorio” con vista al patio de la casa,
y que tal mi cama, Pero me hacía falta el lugar para colocar mi ropa. No mucha
pero había que construir un closet pero sin puertas para agilizar la
terminación.
Terminada la obra, la
inauguración e intromisión en mi ‘residencia’. Aquello fue de película.
Recuerdo que en aquella época la estufa de nuestra casa, contaba con salida del
humo por el “buitrón”. Cuál no sería mi sorpresa cuando en el closet, coloqué un
par de camisas y a los pocos días noté
que el “hollín” que salía del buitrón se introducía a mi closet, dejando una
leve capa de hollín sobre ellas.
Como no tenía aspiradora, con
un soplo muy suave hice que volaran sin dañarme el cuello blanco. Conclusión,
me hice independiente a tierna edad. Principio tienen las cosas. No olvidemos
que el mañana será nuestro futuro. Implica esto que a partir de hoy, en 60 años
recordaremos lo que hoy estamos haciendo. ¿Será que nos estamos quedando atrás?
¡Qué le contaremos a nuestros nietos…!
¡Wow! lo que es más importante
es que en ese ayer practiqué la independencia, y lo que hoy en día es
innovación, lo practique hace 60 años. ¿Qué tal?
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