OPINION, 21 mayo 2020
Como todos sabemos el
coronavirus afectó mortalmente a muchísimas personas en todo el mundo. Pero no
solo fue la vida, también afecto en
forma brutal el desempleo, llegando al final de esta semana a 36.5 millones de
trabajadores en Estados Unidos. Recordemos que en enero de este año el desempleo
fue de 3.5%, esto es solo 3.5 trabajadores de cada 100 estaban sin trabajo,
pero hoy de cada 3 trabajadores solo trabajan 2. ¡Wow! Terrible.
Aun así y de acuerdo con las normas sobre cuarentena,
muchas compañías decidieron aprovechar para que determinados funcionarios
continuaran desarrollando su función en casa.
Esta estrategia que se
realizaba por primera en este país, beneficio en grado sumo tanto a las
empresas como a los empleados.
Esta estrategia ha resultado
un grande éxito. Es muy probable que muchos trabajadores se hubieran cansado de
la misma rutina dentro de cuatro paredes, sin la dinámica propia de la oficina,
sus jefes, compañeros de trabajo y en fin toda aquella dinámica muy propia de
cualquier organización;.
En mi caso personal ha sido
una experiencia muy positiva. Me di cuenta que ‘a estas horas del partido’ yo
estaba dejando a un lado la belleza de sentirme libre de compromisos, carreras,
clases, etc., por un lado, pero por el otro descubrir la belleza del jardín con
sus frutales en cosecha. Y que tal quitar la maleza, cortar el pasto, disfrutar
del espacio ‘tropical’ que siempre ha estado allí, pero que el trajín diario no
nos había permitido gozar de él.
Por otro lado, tuve la suerte
de que una de nuestras alumnas de español, conectada a la UF/IFAS me invitara a
una de sus reuniones sobre Horticultura, de la cual soy miembro. Dadas las
restricciones de movilidad, tomaron la decisión de hacerla en línea. Allí
conocí el programa Zoom.com. Organización que ofrece la realización de
reuniones en línea, sin costo.
Ella, generosamente me orientó sobre su funcionamiento. Con algo de dificulta pero con su colaboración e inclusive de nuestra hija menor, rápidamente aprendí como utilizarlo. En menos de un mes tuve más de 15 estudiantes avanzados de español, entre ellos dos residentes en Canadá, una en Alemania y dos principiantes. A su vez promoví el uso de Zoom con dos de nuestras tutoras de inglés.
Dado el éxito logrado por esta modalidad, tanto Google como Facebook
permitirán a sus empleados, trabajar desde su casa hasta finales del año,
siempre y cuando les agrade. De inmediato Twitter con 4.000 empleados en el
mundo está, también, de acuerdo para quien lo desee continúe su trabajo en casa
por siempre.
Ahora veamos lo que nos comenta Andrés Oppenheimer, un muy conocido
periodista y escritor de nivel internacional sobre los cambios que ha tenido la
transcripción de sus entrevistas que inicialmente
fuera transcrito en máquina de escribir.
“Varias partes de mi trabajo
se están automatizando. Hace una década
grababa la entrevista y las transcribía yo mismo. El proceso de
trascribir a veces duraba horas y era sumamente tedioso.
Era más rápido y efectivo que
contratar a un colaborador externo o pedirle a un pasante que lo hiciera,
teniendo yo que corregir el texto.
Sin embargo en el 2016
descubrí servicios de transcripción en línea como Rev.com que en su mayoría
utilizan traductores independientes en todo el mundo. Cobraban entre 80
centavos y un dólar por minuto de audio.
En el 2017 apareció Trint.com,
servicio de transcripciones automatizadas que es más rápido, no tan perfectas
como un humano, aun así me la devuelve en menos de una hora, 20 centavos el
minuto de audio.
En el 2018, Temi.com ofrecía
transcripciones en “cinco minutos” a 20 centavos el minuto
Ahora,
cuando hago una entrevista presencial o telefónica la grabo en mi celular y de
inmediato la mando por e-mail a un servicio de transcripción que más demoro en realizar otras cosas
que recibirla en mi correo electrónico, lista para usarla.
En las empresas periodísticas
tienen secretarias y colaboradores. ¿Qué será de los transcriptores?
Probablemente les pase lo mismo que a muchos traductores: deberán buscar una
nueva ocupación”.
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