OPINION, 27 febrero 2020
No hay duda que tarde que
temprano llegará el momento en que tengamos la necesidad de hablar el idioma
del país, quiéralo uno o no. Y esto no tiene nada que ver con las normas sobre
preparación sobre ciudadanía. Recordemos que lo que allí se practica, también
así como se aprendió pronto se olvidará.
¿Qué quiere decir esto? Sencillo,
aprender un idioma no es cosa de horas, días o meses, es de una vida y
precisamente esto es lo que muchos no creen que sea necesario. Los que
precisamente hoy creen que no lo necesitan, serán marginados por sus hijos, que
por nacimiento o razón de estudios en la escuela primaria y secundaria se ven
forzados a aprenderlo y luego la vida profesional, de complementarla
Como vemos se creará una
necesidad, una demanda de estudiar a fondo el inglés, instrumento fundamental
para competir en el medio profesional, social y familiar. Lo bueno de esto es
que en aquel momento las instituciones encargadas de enseñarlo aprovecharán la
oportunidad para posicionar su labor a precios que todos tendrán que pagar. Eso
va a doler mucho, pero será el precio de la desidia. ¡Qué pena!
Por otro lado ya vemos, según
los recortes de prensa, que el gobierno establecerá,
no solo cambios en el programa de exámenes para naturalización, mejor conocido
como de ciudadanía, sino que también vendrán con aumentos del 80% y esto deberá
llegar antes que la Navidad se nos acerque demasiado. Como vemos el mercado se
empieza a mover en diferentes formas que afectarán a los no preparados, que
seguramente hoy gozan de capital disponible para cumplir nuevos compromisos.
Bueno no todo es plata. Hispanics
in Action, Inc. ha estado cooperando no solo en el aprendizaje integral del
inglés, gratis, por más de quince años, si no con la preparación de los
candidatos a ciudadanía, también completamente gratis. Esto no cambiará
mientras contemos con el respaldo de los estudiantes. Sin estudiantes, los cursos
tendrán que cerrarse
De ahí la trascendencia de
cursos como francés, italiano y español para adultos y para niños, este último
con duración de 4 meses en el Savannas Preserve State Park en Port St. Lucie.
Debo incluir el correspondiente a la preparación para el examen de ciudadanía
con nuestra asesora Ana Boscan Shaw. ¡Wow!
Tanto va el “jarrón al agua
que al final se quiebra”, dice el dicho. Cuatro cursos de inglés están próximo
a ser cerrados por falta de estudiantes. Uno de ellos, en la St. Lucie Catholic
Church. En la semana pasada tuvimos cuatro alumnos, número record, pero hoy solo arribo una estudiante. ¿Qué tal?
Nuestro estimado profesor,
consciente de su obligación de cumplir su compromiso, dedicó sus 90 minutos de
clase a su única alumna, Henedina. Debo decir que ha sido una de las clases más
trascendentales de mi carrera de más de 18 años en estas lides.
La razón, la estudiante se le
dificultaba llegar a comprender el porqué
de los auxiliares en el presente, por un lado y luego como habría que
cambiar los pronombres personales en español por otros en inglés. Pues después
de 60 minutos de clase esta alumna llegó a comprender el porqué de cada uno de
los conceptos que se enseñaban.
Esta fue una de las partes más
interesante de la clase, pero mucho más lo fue cuando ella me conto de su
dificultad para dirigirse a los empleados del banco donde tenía su tarjeta de
crédito para que ellos le prestaran atención para saber su saldo y luego hacer
un pago.
Primero saluda a la empleada a
cargo de las tarjetas de crédito con una muy positiva sonrisa Good morning…y
luego pide que le permitieran hablar con alguien en español. Que tal: ¡Spanish,
please, Spanish, please! De seguro la funcionaria le buscaría apoyo para que
ella se pudiera comunicar.
Que tal: mostrando la tarjeta
decir: “Balance, please!” Y después de saberlo, agradecer pago que ella haría
para bajar el saldo. Que tal: “Please credit $100 to my credit card”.
Pero cuál no sería mi sorpresa
cuando mí estimada estudiante, complacida de saber que decir y cómo hacerlo me
dice: “Teacher, por primera vez en mi vida he gozado de mi primera clase de
inglés privada, solamente para mi durante 90 minutos”.
Bueno no solo de pan vive el
hombre, sino también de aquellos que hacen el máximo esfuerzo para superar sus
conocimientos y satisfacer la necesidad de comunicarse con el personal de un
banco, e inclusive de cómo llenar una hoja de vida en inglés. ¡Wow! No en balde se perdió el tiempo, en absoluto,
aprendí una lección. “Estoy para servir no para que me sirvan”.
Dios les bendiga y tengan un
muy feliz día.
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