OPINION, 23 enero 2020
¿Será que es difícil superar
escollos para colocarnos en el sitial que nos corresponde? Hay gente joven y
también gente madura que ha superado muchas dificultades para estar donde hoy están.
Por lo tanto esta en nosotros superarlos. Pero tenemos que hacerlo hoy, no
tenemos mucho tiempo para pensar y actuar.
Tenía que hacer una
presentación sobre Colombia. Pero antes, primero en Vitalia y luego en la
Biblioteca de Morningside, de Port St. Lucie, y ahora en la reunión de
profesores de Hispanics in Action en el Ryan Hall de la Holy Family Catholic
Church y por último en el Stuart Rotary Club.
Gracias a la generosa colaboración
de John C. Hosler, nuestro asesor en Gerencia, pude superar mi desconocimiento
de cómo hacer la presentación en “powerpoint”. Me quedo sonando que no era
posible que a ni edad y con mis conocimientos no pudiera yo haber hecho lo
mismo.
Sin pensarlo dos veces inicié
la búsqueda de información actualizada en internet acerca de mi querida patria.
A través de Word busqué tal programa, sin encontrarlo con la facilidad que yo
deseaba, uno de ellos era para instrucción, pero no me funcionó. Cuando tuve
suficiente material busque asesoría de mi hija Lizette para ver como yo podría
superar tal limitación. Ella me dijo, “papá, haz una copia la presentación que ya
tienes y luego borra su contenido”. En esta forma puedes utilizarlo para tu
nueva versión.
No podía creer que en forma
tan simple yo tenía en mi poder el recurso, pero yo no lo sabía. Imposible,
pero me pasó. Aprender a borrar no fue un trabajo fácil, pero lo hice. Superado
tal escollo había que colocar en el nuevo ‘powerpoint’ el nuevo material
acumulado. Una vez más tenía que superar tal dificultad.
Ya había aprendido que, por
ejemplo, es mucho más representativa una fotografía que “cien palabras” y
además que debía ser muy concreto en
expresar la información. Lo que no sabía era que el espacio del “slide” lo
define precisamente el mismo ‘powerpoint’. No es lo que yo quiera, sino lo que
el programa permite. Por lo tanto cada vez que de mi información sacaba para
llenar el espacio del “slide” este debía ser exacto a su tamaño. El trabajo no
fue fácil, pero lo logré.
Viviana, una de nuestras
profesoras de español para niños, había hecho una demostración en su proyector,
de como ella mantenía el interés de los niños precisamente utilizándolo. Pero
cómo si este tipo de equipo era muy costoso, cerca de US$1.000 dólares. No,
dijo ella, ‘el que tengo debe costar unos $100 dólares’. ¡Wow!. Imposible, bueno
pues lo compramos ya que lo podría utilizar en mis presentaciones.
En una de ellas algo paso en
el proyector que estábamos utilizando, por lo que tuvimos que recurrir a una
copia de lo que yo había preparado, pero tampoco. Parece que la falla fue no
haber contado con el Wifi del lugar. Esto es triste, quedar uno mal después de
haberse preparado, solo que me falto haberlo hecho directamente en el lugar de
la reunión y con mi propio proyector. Sea como sea tuve que superar el impase
agradeciendo a los asistentes preguntas sobre el tema. Así lo pude superar,
pero no fue lo más afortunado.
Entre en contacto con la
Morningside Library y allí me asignado a la Sra. Jessey, profesional a cargo de
asesoría en sistemas. Mi preocupación era convertir el color de la letra de
negro a blanco y hacer que desde la aplicación pudiera dar la instrucción para
proyector dos videos: uno sobre historia y otra sobre geografía. Ella me enseñó
y me dio las instrucciones por escrito, cómo cambiar el color de la letra y
luego a través de una palabra en ‘negrilla’ accionar los videos. Mejor
imposible, había entrado al campo de la tecnología.
Para la nueva presentación
debía trabajar con mi propio proyector. Siempre tuve una razón para hacerlo,
personalmente. Hasta un amanecer, cuando me dije “si yo tengo ya mi copia del
programa, mi proyector y mi computadora, “Why not”. Bueno pues como a las 2 de
la mañana me levanté, prendí mi computadora y aliste mi proyector. Lo utilizaba
por primera vez. Saqué cables, seguí las instrucciones y funcionó.
Había superado mi indecisión,
como decimos, “salté de alegría”. De inmediato el proyector quedo comunicado
con el programa de ‘powerpoint’. Utilicé mi USB, “clickie” la aplicación y la
imagen apareció proyectada en la pared. Adicionalmente releí los puntos
importantes de cada tema, para relievar su importancia durante la presentación.
Ahora, más que complacido, listo para hacer presentaciones en inglés sobre mí
querida patria. Si interesado en una presentación, escriba a nelsonmerchancely1@gmail.com.
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