OPINION, 1 agosto 2019
Comentaba en clase de inglés a
que se debe que de vez en cuando el número de asistentes a clases de idiomas,
en especial de inglés, los estudiantes con notoria frecuencia dejan de asistir
a clases. El objeto de este artículo es conocer si seguimos los métodos
utilizados en cada uno de nuestros países de origen o a lo que entendemos es el
sistema operante en los Estados Unidos.
No hace mucho inicié un curso
donde los estudiantes consideraron que eran parte de una dinámica de juego
donde cada uno llegaba a la hora que le parecía más práctica, ya fuera por
razones de trabajo, asuntos personales o sencillamente el profe tendría que
esperar que ellos tuvieran la atención de arribar a clase.
Varios de los estudiantes dejaron
de asistir a clase. ¿Qué pasó? Sencillo, se les hizo ver que el curso que se
iba a dictar era un curso en serio, no era una parte de una piñata, o una
visita al circo. Obvio no volvieron. ¿Quién perdía? Obvio mi estimado
estudiante, es él quien necesita el conocimiento. Pero parece que ellos no lo
entienden o las razones que ellos presentan les limitan poder cumplir el tiempo
de asistencia a clase.
Uno de nuestros estudiantes
nos comentó que nosotros no contábamos con un libro de enseñanza tradicional
que ellos pudieran seguir. Sencillo, el profesor considera que debemos darle
prioridad a la necesidad que el estudiante tiene de aprender lo que él va a
utilizar en su trabajo y que obedece a un vocabulario que difiere en cada área
de trabajo, cosa que no sucede en los textos clásicos.
Uno comprende que los cambios
no son gratos. No obstante tanto la sociedad como la tecnología crean cambios
que superan nuestras necesidades y que no podemos pasar por alto. Uno de ellos
está en la educación. Varios de ellos han sido sorprendentes, estudios
superiores en línea. ¡Wow! Si, sin salir de la casa, pero con la supervisión de
los respectivos profesores hasta su terminación. Esto que podría ser objetable
ha sido un positivo avance ya que permite a muchísimos estudiantes estudiar
desde casa y a precios más favorables.
En una forma diferente, pero
relacionada con los cambios, vemos los autos sin conductor que ya se encuentran
en producción y que dentro de poco estarán rodando por nuestras carreteras.
Para muchos esto va a ser una solución, ya que ganarán todo el tiempo de viaje
realizando otras actividades, inclusive descansando. Sin lugar a dudas,
deseándolo o no pronto todos estaremos deseosos de contar con tal avance
tecnológico.
Por otro lado veamos otros
cambios que nos pueden favorecer o afectar.
Las autoridades de Quebec, si Quebec en Canadá, están ofreciendo
opciones de trabajo y de estudio a ciudadanos colombianos. Obvio que tienen que
ser profesionales, con mínimo dos años de experiencia, pero que hablen francés.
Como vemos el no contar con el idioma, entre otros factores, nos limitarán la
posibilidad de concursar. En otras palabras, pareciera que debemos estar
preparados para lo impredecible. Bueno, puede que no sea tanto, pero que estar
preparados, no hay duda.
Será que nosotros estamos
atrasados en nuestro desarrollo y por todo lo que no podemos o queremos hacer,
se presentan oportunidades que obviamente debemos “rechazar” ¿por no estar
preparados? Es muy probable que no hayamos tomado las cosas con la dinámica que
ellas lo exigen. De ser así, tenemos que prepararnos tan pronto como sea
posible.
Hagamos un corto PARE. Tomemos
en cuenta que las nuevas generaciones, en especial de los nacidos en este país,
que al convertirse en bilingües, rápidamente encuentran trabajo y que dentro de
sus empresas están labrando un futuro muy promisorio, con la respectiva
capacitaciones.
Estas nuevas generaciones no
conocieron limitantes con el idioma, por un lado, por otro nacieron con una
dinámica de vida diferente a las que nosotros trajimos a este país. Donde
queriendo hacer mucho, nuestra falta de decisión nos limita en grado sumo,
ubicarnos adecuadamente dentro del sector que hayamos escogido.
Analicemos nuestro futuro.
Determinemos si como vamos, llegaremos a alcanzar nuestras aspiraciones, metas,
objetivos, etc. antes de que la edad nos limite o por el contrario nos puede
dejar con los “crespos hechos”.
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