OPINION, 16 mayo 2019
Hay cosas que nos pasan que
pareciera que venimos de Marte, si, que no vivimos en este medio y que aun
cuando hace ya unos buenos años, aún tenemos muchísimo por recorrer. Que tal
los avances en los depósitos de cheques vía smartphones, o pago de una cuenta,
presentando el cheque a la compañía respectiva y una vez que copian la
información se lo devuelven. Anteriormente teníamos que pagar determinada suma
para enviar algún dinero a otros países. Hoy en día se hace la transferencia
cuenta a cuenta, si tienen la cuenta en el mismo banco.
Unos de los eventos que a
continuación les comento han merecido mi
agradecimiento. Hacia buen tiempo que no embetunaba mis zapatos. Haciendo un
pare pareciera que el verbo embetunar no existiera, casi que no lo puedo
conjugar. En los lugares donde pensé que lo podría encontrar, obviamente
existía pero no en el empaque clásico, como un ‘spray’.
Hay muchas cosas que nos traen
recuerdos de nuestra niñez, cuando por primera vez teníamos que embetunar
nuestros zapatos. Tenía que hacerse manualmente con el dedo pulgar y luego
brillarlos con un cepillo de cerdas suaves. Ahora se presentan en un atomizador.
El clásico betún en cajita, al parecer ya no existe.
Aun así decidí buscarlo en
Walmart. Al parecer ya no los expenden en tal forma. Lo que si encontré fue una
buena cantidad de empaques redondos anunciando un “Leather Lube”. Ya me iba a
ir cuando vi una señora que me pareció empleada de Walmart. Le pedí me
orientara donde podría comprar mi betún. Ella me dijo que no era empleada.
¡Wow! Disculpe usted. No atiné a decir nada más. Mas la señora con toda la atención
del caso me dijo, en que lo puedo ayudar.
Le expliqué que buscaba betún
en caja, y me explicó que los nuevos productos eran los que estaban en
exhibición. En una de las cajitas redondas se leía “Leather Lube” Conditions,
softens & restores leather”, en otras palabras, una especie de crema que
lubrica el cuero, restableciendo su condición y su brillo, pero que puede
servir para otros usos. Le expresé mi gratitud por su atención.
Inquieto y dada mi curiosidad,
al llegar a casa rápidamente tome un par de zapatos de color negro y de
inmediato destape la cajita de color amarillo y negro con un peso de 4 onzas con un pomo que al
acercarlo a la crema estaba listo para deslizarlo por los zapatos. De inmediato
mis zapatos recuperaron su color natural con un brillo que de seguro mi betún
no lo habría dado. En la noche, cuando me quedo un tiempo libre, hice lo mismo
con otros de color diferente, con notable éxito. Quedé con zapatos nuevos.
Durante la tarde deberíamos
hacer algunas compras, junto con mí señora. Fuimos a varios almacenes que ofrecen
los mejores precios pero no así la atención al cliente. La forma en que se exhibe
deja mucho que desear, baja la calidad. No cuentan con personal de apoyo pero
si un guardián, cosa que me sorprendió.
Luego fuimos al TC Mall. Mucho
surtido pero obviamente ya no hay atención al cliente, en otras palabras “sálvese
el que pueda”. Lo mejor era ir a otra parte. Recordé a Walmart, donde la
mayoría de sus productos están debidamente empacados y los que no, en sus respectivos
‘racks”.
De casualidad nos encontramos con una de sus
empleadas que siempre que vamos nos hace sentir en casa. De inmediato nos
orientó donde encontrar camisas. Allí estaban debidamente organizadas por
tamaño y precio. Ah, pero como verificar si era o no mi talla. Una empleada me
guío a los vestidores.
Con toda la atención del caso,
la señora a cargo desempacó la camisa dándome el número del vestier. Me había
equivocado y el tamaño era muy grande. Así le informe a dicha empleada y me recomendó
un número diferente, así lo hizo y regresé para nuevamente medírmela. Una vez más destapé el empaque,
saqué la camisa y fuí al vestier, no tampoco. Preocupado le pido disculpa y le
digo que debo probar otra. Me atendió con una sonrisa y me dijo: “que para eso
ella está allí”, regreso nuevamente y sí, ese es el tamaño. Le agradezco su
gentil atención. Quedé gratísimamente sorprendido.
El personal de Walmart me ha
dado una buena lección, es cierto que cuentan con menor personal, pero el que
allí está, hacen todo lo posible por prestar su mejor atención. Así me sentí, habiendo
sido tratado como una persona. ¡Una persona agradecida!
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