viernes, 10 de mayo de 2019

LA ATENCION AL CLIENTE HACE LA GRAN DIFERENCIA


OPINION, 16 mayo 2019

Hay cosas que nos pasan que pareciera que venimos de Marte, si, que no vivimos en este medio y que aun cuando hace ya unos buenos años, aún tenemos muchísimo por recorrer. Que tal los avances en los depósitos de cheques vía smartphones, o pago de una cuenta, presentando el cheque a la compañía respectiva y una vez que copian la información se lo devuelven. Anteriormente teníamos que pagar determinada suma para enviar algún dinero a otros países. Hoy en día se hace la transferencia cuenta a cuenta, si tienen la cuenta en el mismo banco.

Unos de los eventos que a continuación les comento han merecido  mi agradecimiento. Hacia buen tiempo que no embetunaba mis zapatos. Haciendo un pare pareciera que el verbo embetunar no existiera, casi que no lo puedo conjugar. En los lugares donde pensé que lo podría encontrar, obviamente existía pero no en el empaque clásico, como un ‘spray’.

Hay muchas cosas que nos traen recuerdos de nuestra niñez, cuando por primera vez teníamos que embetunar nuestros zapatos. Tenía que hacerse manualmente con el dedo pulgar y luego brillarlos con un cepillo de cerdas suaves. Ahora se presentan en un atomizador. El clásico betún en cajita, al parecer ya no existe.

Aun así decidí buscarlo en Walmart. Al parecer ya no los expenden en tal forma. Lo que si encontré fue una buena cantidad de empaques redondos anunciando un “Leather Lube”. Ya me iba a ir cuando vi una señora que me pareció empleada de Walmart. Le pedí me orientara donde podría comprar mi betún. Ella me dijo que no era empleada. ¡Wow! Disculpe usted. No atiné a decir nada más. Mas la señora con toda la atención del caso me dijo, en que lo puedo ayudar.

Le expliqué que buscaba betún en caja, y me explicó que los nuevos productos eran los que estaban en exhibición. En una de las cajitas redondas se leía “Leather Lube” Conditions, softens & restores leather”, en otras palabras, una especie de crema que lubrica el cuero, restableciendo su condición y su brillo, pero que puede servir para otros usos. Le expresé mi gratitud por su atención.

Inquieto y dada mi curiosidad, al llegar a casa rápidamente tome un par de zapatos de color negro y de inmediato destape la cajita de color amarillo y negro  con un peso de 4 onzas con un pomo que al acercarlo a la crema estaba listo para deslizarlo por los zapatos. De inmediato mis zapatos recuperaron su color natural con un brillo que de seguro mi betún no lo habría dado. En la noche, cuando me quedo un tiempo libre, hice lo mismo con otros de color diferente, con notable éxito. Quedé con zapatos nuevos.

Durante la tarde deberíamos hacer algunas compras, junto con mí señora. Fuimos a varios almacenes que ofrecen los mejores precios pero no así la atención al cliente. La forma en que se exhibe deja mucho que desear, baja la calidad. No cuentan con personal de apoyo pero si un guardián, cosa que me sorprendió.

Luego fuimos al TC Mall. Mucho surtido pero obviamente ya no hay atención al cliente, en otras palabras “sálvese el que pueda”. Lo mejor era ir a otra parte. Recordé a Walmart, donde la mayoría de sus productos están debidamente empacados y los que no, en sus respectivos ‘racks”.

De  casualidad nos encontramos con una de sus empleadas que siempre que vamos nos hace sentir en casa. De inmediato nos orientó donde encontrar camisas. Allí estaban debidamente organizadas por tamaño y precio. Ah, pero como verificar si era o no mi talla. Una empleada me guío a los vestidores.

Con toda la atención del caso, la señora a cargo desempacó la camisa dándome el número del vestier. Me había equivocado y el tamaño era muy grande. Así le informe a dicha empleada y me recomendó un número diferente, así lo hizo y regresé para nuevamente  medírmela. Una vez más destapé el empaque, saqué la camisa y fuí al vestier, no tampoco. Preocupado le pido disculpa y le digo que debo probar otra. Me atendió con una sonrisa y me dijo: “que para eso ella está allí”, regreso nuevamente y sí, ese es el tamaño. Le agradezco su gentil atención. Quedé gratísimamente sorprendido.

El personal de Walmart me ha dado una buena lección, es cierto que cuentan con menor personal, pero el que allí está, hacen todo lo posible por prestar su mejor atención. Así me sentí, habiendo sido tratado como una persona. ¡Una persona agradecida!

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