viernes, 7 de diciembre de 2018

DISCRIMINACION POR EDAD

OPINION, 13 diciembre 2018

A veces nos preguntamos si lo que nos pagan por el trabajo realizado o como empleados es o no suficiente para vivir. Existen muchísimos factores para tomar en cuenta, no solo los conocimientos que ofrecemos, sino la experiencia adquirida, calidad profesional, estudios realizados, postgrados, edad, etc. etc.

Normalmente nos olvidamos del factor edad, por considerar que ella está lejos. Al paso del tiempo, tal olvido se paga caro. Algunos jefes de Recursos Humanos consideran que como los carros, con el tiempo hay que cambiar el parque automotor, ya que son vehículos costosos por su mantenimiento. Falso enfoque, ya que es cuando contamos con una gran experiencia, lealtad a la institución y perseverancia para continuar el proceso de desarrollo de la empresa.  

¡Qué problema! Los años pasaron demasiado pronto y nuestra actualización no fue tan rápida. Por otro lado llegamos a pensar que al haber acompañado a la empresa y hacerla vendría la compensación. Olvidando que ellos consideran que el salario compensó el servicio prestado y punto. Además en ningún contrato de trabajo se habló de la longevidad en el cargo. 

Y claro, nuestro problema no fue ayer, pero si lo es hoy. Y hoy es un poco tarde para buscar posicionamiento en campos donde las juventudes vienen con todo su vigor, nuevos conocimiento, mejor preparación para los nuevos puestos, dados los cambios tecnológicos y nuevas dinámicas de desarrollo.

A que vengo con este planteamiento, que hoy en dٕía las personas que pasan de los 50 están siendo despedidas de sus empresas. En el pasado los afectados eran los hombres, hoy en día  también las mujeres, lo que hace más dramática la situación, estén casadas o solteras el no haber previsto reservas para la vejez les afectará no solo económicamente, sino emocionalmente al encontrarse lejos o alejados de sus hijos.   

Bajo el titulo “The Last Acceptable Prejudice? Y “Age discrimination” el “Editor in Chief” de la revista AARP, Robert Love dice que por encuestas realizadas por su organización, trabajadores de 45 años o más la razón de discriminados en la edad en del 90 por ciento. Dos tercios informan que ellos lo han visto o experimentado personalmente.

Por ejemplo, Julianne Taaffe y Kathryn Moon rondando por los 60 años tuvieron que salirse de la Ohio State University. Esto no se presentaba antes, pero el cambio de jefe de Recursos Humanos hizo que el nuevo considerara a tales personas como “Deadwood” – madera muerta – y otros epítetos que las que se quedaron sin trabajo.  

Es bueno que tengamos en mente, cuando tengamos efectos negativos en nestro trabajo o le suceda a personas conocidas, se pongan en comunicación con los abogados de la AARP. Las dos empleadas ya mencionadas lograron restitución, con reconocimiento de salarios y beneficios por los días sin trabajo. Además la compañía se vio obligada a actualizar sus políticas de contratación y despido de personal, protegiendo trabajadores de mayor edad en el futuro.

Por otro lado la Suprema Corte tendrá que oir los casos de dos miembros del cuerpo de Bomberos de Arizona que fueran despedidos en función de la edad. En este caso los abogados de la AARP, en forma conjunta con la National Employment Lawyers Association, presentaron un “amicus” – o amigos de la corte – en apoyo de John Guido y Dennis Rankin, de 46 y 54 años de edad que fueran despedidos.

La AARP sugiere que si casos similares se presentan en su trabajo, no quedarse callados como sucede a la gran mayoría de despedidos. Según tales encuestas sólo el 4 por ciento de los empleados que en función de la edad han sido discriminados, han presentado quejas a sus supervisores.

No hay duda que debemos aprender de aquellos que han pasado por situaciones difíciles, sin opción de restitución en sus cargos, para que podamos mantenernos firmes en nuestros puestos.
Por otro lado nunca será tarde pensar con tiempo que algo similar nos puede pasar y cogernos con los “calzones gachos” como dicen los argentinos. De algo nos debe servir la experiencia de nuestros coterráneos para que “soldado advertido no muere en guerra”.

Dios les bendiga y desde ya permítanme desearles una muy feliz Navidad y que el próximo año sea de dicha, ventura y paz consigo y con los suyos

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