OPINION, 6 diciembre 2018
Hay cosas que uno no puede
creer. Como es posible que hayan pasado tantas cosas a través del tiempo y uno
se encuentre en este país, solo para dar un ejemplo simple pero contundente.
Así pasan muchas cosas que en un momento dado fueron trascedentes para luego, años más tarde, uno se asombre
como es que uno las ha superado. Si agradezcamos a Dios que aquí estamos.
Precisamente ha pasado mas de
medio siglo, para uno aterrarse, cuando del pasado uno habla, haciendo
reminiscencia de lo que pasó aquel ayer. Tratando de jugar basquetbol, lancé la
bola para encestar cuando sentí algo, similar al que hoy llaman ciática, que me
dejo “fuera de combate”, no me podía mover. Como pude llegué a casa. Ya allí mi
madre pensaba que seguramente habría sufrido un desgarramiento muscular y que
pronto me pasaría.
Pasaron muchas décadas y yo
siempre con mi dolor. Llegó un momento que ese dolor era parte de mi vida
diaria. Claro que compresas a base de calor y aun recientemente los parches de
Salonpas-Hot me permitían parcialmente paliar el dolor. Recuerdo una consulta médica donde el
facultativo recomendó acupuntura. Para mi aquello era completamente griego. En
aquel tiempo uno iba a la botica del barrio y el farmaceuta de turno le
recomendada algún calma dolor. El
Mejoral era el más socorrido.
La acupuntura no fue la solución
alguna. Yo continúe con mi problema. Problema al cual ya me había acostumbrado.
Al llegar acá tal dolor se intensificó a tal grado que finalmente al realizar
nuestra caminata matutina tenía que acurrucarme unos segundos, tres o cuatro
veces en la distancia de una cuadra.
Me recomendaron la acupuntura.
¡Maravilloso! Fue la mejor recomendación y el mejor tratamiento bien realizado
por el profesional a cargo. Bueno, pero esto fue bueno por unos 10 años, pero
luego por exceso de trabajos material se hizo patente nuevamente mi dolor de
costumbre. ¿Qué hacer? Quien yo creía que había sido el profesional a cargo ya no
practicaba en su oficina. Así que me toco empezar a buscar una alternativa. Un
Community Acupunture Center en Stuart y otro centro también en la misma ciudad.
Gracias a la recomendación de
mi médico primario, junto con mi hija menor y mi señora tomamos la decisión de
que la mejor opción era la Mayo Clinic en Janksonville. Cualquiera diría y
porqué tan lejos, si aquí contamos con centros y especialistas que de inmediato
lo hubieran atendido. Y tenían razón de acuerdo con sus experiencias. Pero en
mi caso personal no.
De acuerdo con las placas
radiográficas tomadas de la parte “Lumbar Spine” se determinó que existía una
escoliosis con cambios degenerativos asociados, pero ningún defecto o daño con
relación directa con la fuente de mi dolor. El doctor consideró que no había
daño que implicara cirugía, pero que sí tendría que someterme a tratamiento,
sorpréndase usted, de fisioterapia, repito fisioterapia. ¿Será que me equivoqué
de médico, de especialista? No, en absoluto.
Entré en contacto con dos
oficinas, donde no me convencieron, ya fuera por la forma de pago o porqué
desde el primer momento la consulta para equiparar lo que el medico pedir hacer
y lo que ellos creían que debían hacer, debía ser igual (?). Costo consulta
solo $185. Recordé que yo conocía un profesional, Jim Smail, MSPT del Martin
Health System. Después de 10 sesiones de fisioterapia con duración de media
hora cada uno, parecía imposible que tales terapias hubieran controlado mi
dolor, a Dios gracias.
Han pasado tres meses y santo remedio.
No dolor y lo que es más importante no he descontinuado mis trabajos de
mantenimiento de nuestras plantas, corte del prado, etc. Parece imposible, pero
es realidad. Será que desde el principio los facultativos que alguna vez me
trataron o no vieron o pensaron que era lo normal, calmar dolores y punto. Sea
como sea nunca pensé que mi problema era de concentración de músculos y nervios.
Podría uno atreverse a decir
que los otros facultativos o no tuvieron conocimientos sobre el particular o no
estaban al tanto de que también la fisioterapia podía hacer en forma tan
acertada. A mi estimado Dr. Thomas D. Rizzo y su personal de apoyo en la Clínica Mayo en
Jacksonville, FL.y a Jim Smail y Tara del Rehabilitation Services del Martin
Memorial System, gracias por haberme
diagnosticado y recobrado mi salud, Dios les bendiga.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.