OPINION, 10 mayo 2018
Siempre he tratado de hacer
hoy, parte de lo que tengo para mañana. Pero también es cierto que en más de
una oportunidad he dejado para mañana algo que no quería hacer hoy. Esto último
puede, no ser conveniente, aun así me doy cuenta que no siendo algo
imprescindible y pueda afectar a
alguien, hago lo máximo para hacer lo que me he comprometido, tanto que con
relativa frecuencia me han agradecido una pronta respuesta.
En el proceso de hacerle
mantenimiento a nuestra casa, tuvimos un percance que a pesar de haberse tomado
la acción correspondiente, el equipo comprado no contaba con la calidad
esperada, razón por la cual lo que antes fue una gotera casual ahora se convirtió
en una continua.
Claro que cerrando el registro
pudimos controlarlo. Pero resulta que en el proceso de cambio de la tubería
viaja con el equipo nuevo, por omisión del técnico en soldar una conexión se
humedeció el piso. Esta reparación no se podía posponer, por lo que hubo que
arreglarlo de inmediato.
Al requerir al proveedor de tal
equipo que nos enviara el repuesto que él ya había previsto que se iba a dañar,
asi aparece descrito en las instrucciones de instalación. Esto tomó más de tres
semanas para llegar. Ante nuestra insistencia el proveedor solo atinaba a
informar que lo enviaría por el mejor sistema de despacho con seguimiento
minuto a minuto donde se encontraba. Sistema que en ninguna forma podía disminuir
el negativo efecto que ya había causado la compañía Delta.
Al efectuar el arreglo de tal
gotera en el baño, nos dimos cuenta que había que dar una remozada a los
azulejos. Pero precisamente este es el tipo de cosas que uno prefiera dejarlas
para cuando nos quede un tiempito, cosa que generalmente no sucede a no ser que
busquemos otra buena razón para no hacerlo a tiempo.
Bueno, el pasado fin de semana
tenía en mente pintar parte de la pared que da al patio, pero llovió y eso me
ayudó para encontrar una excusa para posponerlo. Pero también es cierto que
cuando toca toca. Precisamente eso fue lo que me sucedió el sábado pasado.
Dispuesto a descansar alrededor de las 9 p.m. me di cuenta que los azulejos me
estaban “llamando” para que les diera la mano que ‘ellos sabían’ yo les había
prometido.
Afortunadamente nuestro
técnico, al consultarle sobre cuál sería el producto más práctico para llevar a
cabo mi tarea, me recomendó el Dynaflex230, que compre de inmediato, bueno para
resanar canales, ventanas, puertas, ‘siding’, ‘trim y ‘flashing’ y “ni corto ni
peresoso” inicié mi trabajo alrededor de las 10 de la noche. Y lo que es
sorprendente lo hice con gusto y me quedo para que me contraten. Son de los
trabajos que uno queda tan contento que a media noche se levanta para poder
admirar la “proeza’ realizada.
Una vez que lave las paredes y
la tina, eso quedo como para in baile. Pasé al otro baño para lavar un pedazo
de toalla que me había servido de compañero de trabajo para dejar todo
resplandeciente. Cuál no sería mi sorpresa que en este baño también hubiera que
hacerle un pequeño trabajo, que no se podía postergar. Bueno, con buen talante
de inmediato lo realicé con tal bendición que al dar el último toque se me
acabó el sellante. No se llama esto suerte ¿precisamente a las 11:30 p.m.?
Realizar un trabajo como el
que hice es digno de admiración, así que me dije, “primero démosle gusto al
gusto y me serví una copa de vino rojo e inicié algo que me gusta muchísimo,
escribir para mis estimados lectores. La razón, sencillo, si algo me precio en
este bello país es que acá tuve que cambiar algunas cosas en forma muy
favorable, más trabajo y conste que no es por evitar el pago, no, es por la
satisfacción que siento de la labor cumplida. De hacer lo que hay que hacer,
con gusto, con la satisfacción del deber cumplido.
Doy gracias a Dios de haberme
hecho como soy, mejor imposible. No es difícil para mí hacer lo que me he
comprometido sea o no función que debo cumplir. Para algo Dios me premió con
una dinámica forma de hacer lo que él sabe que yo haré. Que no le fallaré.
Antes de irme a descansar,
permítame verificar si realmente mi trabajo tuvo la calidad que siempre he
imprimido; Dios los bendiga y tengan una feliz noche, o no, un feliz domingo,
ya está próximo a amanecer.
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