domingo, 18 de marzo de 2018

UN DOMINGO DE ACCION DE GRACIAS


OPINION, 22 marzo 2018

Un domingo como cualquiera, no debiera ser un domingo como tal, si no se aprovecha. Si, debemos ser conscientes que puede ser muy probable que no tengamos en el futuro cercano esa oportunidad, en particular con nuestro estado de salud y años a cuestas. Así que aprovechemos cada día, cada minuto de vida que Dios nos da. No nos demos el “lujo” de decir “Si yo tuviera su edad haría maravillas”. Hagámoslas hoy.

Ya sé, pero en que, si la economía no está como para pensar en grandes proyectos, etc. “Otra vez la burra al maíz”. Siempre  encontraremos una disculpa para dejar de hacer y de decidirlo, como postergarlo. No estamos bien. Si seguimos así a donde iremos, obvio que  a ninguna parte.

Después de nuestra caminata habitual, mi señora regó el jardín y yó saque los asientos plegables y los coloqué  en el “driveway” para tomarnos un delicioso jugo de frutas y vegetales antes del desayuno. De pronto ella me pregunta: ¿Cómo estarán las ‘milkweed’? que a través de la polimización aparecieron en el pequeño jardín al lado derecho del ‘deck’.

Yo me imaginé que seguramente para hoy ya habrían desaparecido. Pues no, ahí estaban, pero no con el mejor de los cuidados.  Nos dimos cuenta que eso no podía pasar, había que limpiar la zona y hacer algunos arreglos manuales para no dejar perder ese espacio y las bellas plantas.

Ellas estaban aún allí. Gracias a Dios aun vivas, pero esperando nuestra llegada para alegrar su existencia y también la nuestra. De inmediato emprendimos la recuperación del lugar retirando la yerba que allí se había instalado. El trabajo iba a ser arduo en particular porque unido a esa área también estaba otra que por razones de otras ocupaciones no le había dado mantenimiento.

De inmediato iniciamos el trabajo. Y en este caso las de….’Me salvo la campana’, en pocos minutos desayunaríamos, Pero antes hagamos un pare. Desayunemos en nuestro “Porch, why not? La mañana estaba esplendorosa. Pronto nos deleitamos  con un chocolate con espuma,  con huevos fritos y tortillas con queso. ¡Qué mejor!

No se podía descansar, había que seguir con el trabajo iniciado. A cada paso, más trabajo aparecía. Lo importante no era tomar en cuenta el tiempo utilizado sino lo que aún había que hacer.  Era nuestra tarea del día. Afortunadamente contamos con las herramientas necesarias para hacerlo pronto y bien, nuestras manos, garlancha y rastrillo y como trabajo final, recoger lo que ya sería basura.

Había que extender el trabajo al área occidental. De pronto y a la vez que removía las yerbas  recordé que allí tendría la sorpresa de un racumín. Dicho y hecho, pronto empezó a asomarse el animalito entre las cercas del vecino y la nuestra. Con confianza salió de su escondrijo y por la cerca se fue donde el vecino.

Además, Era muy importante limpiar parte de la zanja. Esta se había hecho con base en la experiencia de los dos últimos años, en la época de lluvias el terreno se inunda. Adicionalmente había que limpiar un un par de cuadrantes que enmarcan las plantas de plátano y mango, quedando todo como como debía ser. 

Esta parte occidental debía mejorarse, no solo mantenerla limpia sino que nuevas plantas la hiciera lucir mejor. Que tal un par de bambúes y luego trasplantar la sábila. Había que preparar el terreno. Así se hizo y ahora esa área quedo muy linda. Finalmente recoger con el rastrillo la basura que se había creado para colocarla en el cesto correspondiente.

Para hacerlo corto, nos dieron las 2:30 de la tarde para terminar el trabajo. La satisfacción se celebró con un delicioso helado con banano y uvas, cómodamente sentados debajo de un mango, previamente arreglado para, bajo su sombra colocar un base de madera y dos cómodas sillas de patio. Un tiempo de descanso, baño con agua fría y directo a almorzar.

De lo que nos sentimos felices es haber realizado una labor donde nos gozamos trabajando nuestra tierra y el futuro de nuestras vidas. El trabajo que se realizó nos dará satisfacciones infinitas, sin recurrir al dinero, solo la satisfacción personal del deber cumplido. Como complemento, hoy, cuando regábamos las plantas ví que el cilantro, que apareció en la base de un guanábano, contaba ya con hojas para la comida y retoños para alegrarnos la vida. ¡Qué más se puede pedir al Señor!

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