Clase avanzada de español en
el Heathcote Botanical Garden, Fort Pierce, FL 02,09,2018
Muchos pueden considerar que llegar a este país todo se
consigue con alzar la mano y recoger, como en el Edén, esperar que nos llegue la fruta
prohibida y “ta.” Todos sabemos que eso
no es así, a no ser, sí, a no ser que tengamos fe en lo que nos hemos empeñado,
ya sea aprender inglés, llegar a la escuela, la universidad, etc. viajar al
exterior y tantas otras cosas que parecieran imposibles de lograr, pero que a
mi modo de ver, están a nuestro alcance, solo que hay que trabajar con
constancia y amor.
Trabajar significa pasar de la
idea a la realización. Parece simple y de pronto lo es si sabemos lo que
queremos y previa organización nos lanzamos a su conquista. Todavía recuerdo
cuando allá en mi querida patria pasaba la Aduana camino a abordar el avión.
¿Pero como había sido posible
superar etapas con tanta rapidez? Para precisamente estar en camino a otro
país, para recibir adiestramiento en el manejo de mí puesto. Dentro del
Aeropuerto de El Dorado, entre el trayecto de la Aduana al avión lloré, era
imposible que a aquella edad me hubiera llegado un premio tal.
Todo había nacido de mi
afición por el dibujo, sí, a temprana edad cuanta caricatura que encontrara la
dibujaba. Mis padres se sorprendían de esa habilidad. Pero que hacer, como,
donde, quien. No recuerdo pero en alguna forma resulté a las puertas de la
Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia, allá en la
calle 10 con la octava a mis quince años listo a iniciar el programa de
educación continua, clases nocturnas.
Allí aprendí primero el dibujo
arquitectónico, me graduaría como delineante de arquitectura. No sabía
exactamente lo que ello era y lo que podría representar en mi futuro. Terminé
ese curso de dos años y medio y entré a la carrera de dibujo artístico en la
misma institución, terminé dibujando la figura humana con modelos. También en
dos años y medio terminaría mis estudios, pero y ¿para qué?
En mi afán y para poner a
prueba mis conocimientos le pedí a mi abuelita Matilde, madre de mi padre, que
me permitiera dibujarla. Seguro que yo estaba demasiado entusiasmado para
haberme lanzado a algo demasiado difícil a tan corta edad y solo con los principios
básicos del dibujo. Aun así, ese dibujo fue el “Cezamo abrete”. Mi padre le
puso el marco y a nuestra sala quedo como muestra de mi habilidad.
Mi futura profesora de inglés
nos visitó, sin nosotros saber qué hacía ella. Al ver dibujo de mi abuelita,
quedo sorprendida. ¿Y quién lo hizo? fue su pregunta. Mi bella madre, dijo: “mi
hijo Nelson”. Caramba a ese joven hay que ayudarlo. Siguiente semana inicié un curso
de tres años y medio de inglés en su casa. Yo no sabía que era eso y para que
podría servir.
Yo trabajaba con mi padre en
nuestra fábrica de muebles, pero quería hacer algo. Mi hermano mayor me
recomendó enseñar inglés en casa. “Abrí matriculas” y puse avisos en las
esquinas de las cuadras más cercanas a nuestro hogar. Día de inauguración del
primer curso en la sala de nuestra casa NADIE llegó. Entrenado no me podía
quedar. Mis hermanos menores empezaron a aprender lo que yo pretendía saber.
Yo debía aprender a enseñar. El
Colombo Americano ofrecía seminario en esa especialidad. Allí me conocieron.
Una de mis profesoras me recomendó tomar el curso para Asistente
Administrativo, duración a tiempo completo de un año. Lo tomé, me gradué e
inclusive en el acto de entrega de diplomas dirigí palabras en nombre de los
graduandos.
Ya tenía un proyecto, montar
un Centro de inglés donde enseñaría inglés y técnicas de oficina. Tuve 30
alumnos el primer mes. Nos robaron, tuve que cerrarlo. Coincidencialmente tuve
conocimiento que el Centro Linguístico Colombo Americano ofrecían becas. Me
presenté, me dieron la beca, dedicación exclusiva y un cheque mensual.
Me gradué y pensando
nuevamente en volver a abrir mi centro, mi exprofesora del Colombo me dijo: “quiero
que me sustituyas en mi catedra en el Colombo”, ¿Who, mua? Imposible. Primer
mes y llega información sobre la vacante que yo iría a ocupar. Me presenté y me
aceptaron.
Han pasado 17 años desde que
llegamos a este bello país y lo que en un principio era una quimera se
convirtió en una realidad. Hoy Hispanics in Action, Inc. cuenta con 25 cursos
de inglés, francés, español e italiano con 22 instructores voluntarios y
asesora en “Citizenship” con más de 300 nuevos ciudadanos Americanos.
Promedio de estudiante por
clase 10, lugares de enseñanza:11 instituciones diferentes: bibliotecas,
jardines botánicos, iglesias, Golden Gate Historic Building en cooperación con
el Martin County Library System y el Savannas Preserve State Park. Además de
nuestros estudiantes locales tenemos “snow birds” de Nueva York, Masachusetts y
sagradamente de Quebec, Canadá. Inclusive el Dr. Stephen Chase, Vice campeón
Mundial de Triatlón en su categoría de 75 años.
¿Qué les parece? y ¡Todo
completamente gratis!
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