domingo, 25 de febrero de 2018

SATISFACCIONES QUE EN LA DISTANCIA NOS LLENAN DE ORGULLO

OPINION, 1 marzo 2018

Hoy más que nunca todos queremos dejar una huella, una razón de ser, algo que nos identifique ya sea familiar, grupos sociales, la comunidad en general, etc. Pero no hay duda esto no es fácil, máxime en tierra lejana. Aun asi, principio tienen las cosas.

Pero mientras tal reconocimiento pueda llegar, por qué no recordar aquellos momentos que hemos vivido y que sin pensar en el mañana, realizamos un ayer que nos dejó gratos recuerdos.
Recuerdos que en nuestra memoria siempre llevaremos para satisfacción personal. Es posible que solo el mérito que nosotros les demos, sea suficiente.  

Hijos en edad universitaria y necesidad de contar  con sus respectivos espacios para poder avanzar en sus estudios. Uno en arquitectura y otro en administración de empresas al mismo tiempo, sin contar con las necesidades que ya se avecinaban con las hijas próximas a dar por terminados su bachillerato. De esto hace un poco más de 30 años.

El número de habitaciones no nos daba espacio para redistribuirlos, por lo cual debíamos encontrar alternativas viables dentro de una economía que debía cubrir no solo los costos propios de los dos estudiantes universitarios sino del mayor, quien les escribe, que también estaba en la universidad, siguiendo carrera en horas de la noche.  

La mejor alternativa sería utilizar el patio para construir un apartamento de dos pisos y un espacio para ropas. Dado que había estudiado dibujo arquitectónico y dibujo artístico durante cinco años, contaba con conocimientos que me permitieran diseñar la nueva unidad, el primer piso para el administrador y el segundo para el arquitecto.

Tenía que trabajar con base en el presupuesto disponible. Los gastos ya mencionados cubrían la disponibilidad de los recursos económicos mensuales. Aun así inicié dibujos a escala sobre como aprovechando las paredes que cerraban nuestro patio las podría utilizar como soporte para, elevándolas, pudieran dar el espacio necesario para el segundo piso sin añadir costos por hechura de cimientos y más ladrillos y cemento.

Esta parte fue realmente sencilla ya que utilizando dos de las paredes, la que daba al oriente serviría para lograr el máximo de altura necesaria y la sur parcialmente alta al norte pero con declive para rematar a la altura de la pared de occidente, sin necesidad de elevación. Las dos habitaciones deberían contar con un baño, este quedaría ubicado en el primer piso.

Para optimizar el uso de los recursos la mejor alternativa para las paredes del segundo piso era dejándolas al descubierto como parte de la decoración, con un amplio ventanal cada piso con el fin de contar con suficiente luz durante el día, en especial la del techo del segundo piso, luz más que necesaria para la preparación de planes del futuro arquitecto.

Luego, para incluir dentro del presupuesto de obra, estaba tanto el techo del primer piso y el techo del segundo. Lo más llamativo y práctico hacerlo con travesaños y piso de madera para el primero y teja Eternit para el segundo. Dentro de este cálculo debía incluirse el número exacto de tejas. Este lo haría con base en las dimensiones que ya había obtenido de cada una, inclusive las que tenían claraboya.

Importante, encontrar el constructor que previa aprobación del modelo de “apartamento” y la forma de construcción diera el mejor precio. Una vez encontrado, manos a la obra. La compra y transporte de los materiales no fue problema, los respectivos depósitos de materiales de construcciones se comprometían a la entrega en nuestra casa. No obstante el número de tejas que el “maestro” (constructor) estimaba no coincidían con las que yo había presupuestado. Aun así se compré la que yo indicaba, ni falto, ni sobro.

Fue una gran experiencia para los hijos, mi señora y para mi poder colaborar con el maestro en la construcción de las áreas de trabajo de los hijos. Fue nuestra primera experiencia, pero no la última. Lo importante haber encontrado una solución a las necesidades de espacio para los hijos, poniendo a prueba mis conocimientos de diseño y presupuesto de obra y hacer que los recursos económicos necesarios fueran suficientes, generalmente no lo son.  

Hoy en la distancia he podido gozar contando a usted, estimado lector, como ya desde antes teníamos ese espíritu de trabajo en equipo, que hoy en día nos llena de orgullo. Es más, todo aquello fue el cimiento para lograr lo ya alcanzado en esta tierra de promisión, ¡gracias a Dios!

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