OPINION, 1 marzo 2018
Hoy más que nunca todos
queremos dejar una huella, una razón de ser, algo que nos identifique ya sea familiar,
grupos sociales, la comunidad en general, etc. Pero no hay duda esto no es
fácil, máxime en tierra lejana. Aun asi, principio tienen las cosas.
Pero mientras tal
reconocimiento pueda llegar, por qué no recordar aquellos momentos que hemos
vivido y que sin pensar en el mañana, realizamos un ayer que nos dejó gratos
recuerdos.
Recuerdos que en nuestra
memoria siempre llevaremos para satisfacción personal. Es posible que solo el
mérito que nosotros les demos, sea suficiente.
Hijos en edad universitaria y
necesidad de contar con sus respectivos
espacios para poder avanzar en sus estudios. Uno en arquitectura y otro en
administración de empresas al mismo tiempo, sin contar con las necesidades que
ya se avecinaban con las hijas próximas a dar por terminados su bachillerato.
De esto hace un poco más de 30 años.
El número de habitaciones no
nos daba espacio para redistribuirlos, por lo cual debíamos encontrar
alternativas viables dentro de una economía que debía cubrir no solo los costos
propios de los dos estudiantes universitarios sino del mayor, quien les
escribe, que también estaba en la universidad, siguiendo carrera en horas de la
noche.
La mejor alternativa sería
utilizar el patio para construir un apartamento de dos pisos y un espacio para
ropas. Dado que había estudiado dibujo arquitectónico y dibujo artístico durante
cinco años, contaba con conocimientos que me permitieran diseñar la nueva
unidad, el primer piso para el administrador y el segundo para el arquitecto.
Tenía que trabajar con base en
el presupuesto disponible. Los gastos ya mencionados cubrían la disponibilidad
de los recursos económicos mensuales. Aun así inicié dibujos a escala sobre
como aprovechando las paredes que cerraban nuestro patio las podría utilizar
como soporte para, elevándolas, pudieran dar el espacio necesario para el
segundo piso sin añadir costos por hechura de cimientos y más ladrillos y
cemento.
Esta parte fue realmente
sencilla ya que utilizando dos de las paredes, la que daba al oriente serviría
para lograr el máximo de altura necesaria y la sur parcialmente alta al norte
pero con declive para rematar a la altura de la pared de occidente, sin
necesidad de elevación. Las dos habitaciones deberían contar con un baño, este
quedaría ubicado en el primer piso.
Para optimizar el uso de los
recursos la mejor alternativa para las paredes del segundo piso era dejándolas
al descubierto como parte de la decoración, con un amplio ventanal cada piso
con el fin de contar con suficiente luz durante el día, en especial la del
techo del segundo piso, luz más que necesaria para la preparación de planes del
futuro arquitecto.
Luego, para incluir dentro del
presupuesto de obra, estaba tanto el techo del primer piso y el techo del
segundo. Lo más llamativo y práctico hacerlo con travesaños y piso de madera
para el primero y teja Eternit para el segundo. Dentro de este cálculo debía
incluirse el número exacto de tejas. Este lo haría con base en las dimensiones
que ya había obtenido de cada una, inclusive las que tenían claraboya.
Importante, encontrar el
constructor que previa aprobación del modelo de “apartamento” y la forma de
construcción diera el mejor precio. Una vez encontrado, manos a la obra. La
compra y transporte de los materiales no fue problema, los respectivos
depósitos de materiales de construcciones se comprometían a la entrega en
nuestra casa. No obstante el número de tejas que el “maestro” (constructor)
estimaba no coincidían con las que yo había presupuestado. Aun así se compré la
que yo indicaba, ni falto, ni sobro.
Fue una gran experiencia para
los hijos, mi señora y para mi poder colaborar con el maestro en la
construcción de las áreas de trabajo de los hijos. Fue nuestra primera
experiencia, pero no la última. Lo importante haber encontrado una solución a
las necesidades de espacio para los hijos, poniendo a prueba mis conocimientos de
diseño y presupuesto de obra y hacer que los recursos económicos necesarios
fueran suficientes, generalmente no lo son.
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