OPINION, 15 febrero 2018
Uno está normalmente lejos de
los eventos que se determinan como virales, en particular en las redes
sociales, seguramente porque estamos lejos de ellas. Por otro lado al no estar
al tanto de lo que allí sucede, difícilmente sabremos que eventos se pueden
convertir, precisamente, en virales.
Precisamente hace poco una de nuestra estudiantes nos comentó como
recientemente había comprado una botella de vino para deleite en casa. Esto lo
hizo como algo casual. No obstante al llegar a casa, coincidió con la llegada
de un visitante casi catador profesional. A ella se le ocurrió que sería una
buena oportunidad saber si el vino que había comprado era bueno o no. Esta era
la mejor oportunidad.
Para que lo catara,
trasvasaría su contenido a otra de indiscutible presencia y calidad. De haberlo
hecho utilizando el mismo tipo de botella seguramente no tendría efecto, ya que
desde el principio se inclinaría, quien lo fuera a degustar, seducido por el
empaque, que más diría de un vino común y corriente y no de marca como ella
deseaba ponerlo a prueba.
Cuál no sería su sorpresa cuando
su visitante, en alarde de conocimiento, después de saborearlo y cerrar los
ojos en signo de aprobación, agradeció a la ama de casa tan exquisito vino, del
cual el agradecería repetir.
Este evento nos lo refirió
nuestra estudiante en la clase de la mañana habiendo causado una gran hilaridad
por la genialidad con que ella había hecha la prueba y como le había funcionado
en la forma más sencilla y descomplicada. A su vez quienes escuchábamos su relato,
nos llamó la curiosidad la marca de vino y su valor, menor de $3, si menos de tres
dólares. ¡Wow! Imposible dijimos todos. De inmediato ella nos facilitó el
nombre que casi se le había olvidado, este era….Winking Owl, de California,
tipo Merlot en botella negra con etiqueta precisamente de un búho cerrando un
ojo.
Como coordinador de estos
cursos, en ocasiones aprovecho para comentar algo interesante de una de las
clases a mí cargo. En este caso en particular, la estudiante que había estado
en el curso anterior ahora se encontraba en este otro, así que aproveché para
consultarle si nos podría comentar el caso de la degustación del vino en
botella fina. No solo nos lo comentó con lujo de detalles, causando gran risa
en todos nosotros. Era algo muy simpático.
Aprovechó ella para comentar la
casualidad que se le había presentado cuando visitando a Aldi, el supermercado
donde se encontró el vino en mención, se le ocurrió preguntarse qué tipo de
vino blanco le caería bien a un plato que tenía en mente para la comida. Tomó
su celular y consultó cual podría ser el adecuado. A lo que el sistema le
recomendó coincidencialmente la misma marca pero tipo blanco, que le resulto de
perillas. Todos nos llenamos de risa al ver la casualidad de lo que había
ocurrido.
A su vez y de acuerdo con los
comentarios recibidos del tipo de vino, me di cuenta que había que confirmar
los comentarios así que fui a Aldi e inicié mi búsqueda en el área de licores,
inicialmente por el precio y luego por la etiqueta con el búho con un ojo
cerrado. No fue difícil encontrar varias cajas tanto del vino rojo como del
vino blanco. Había que comprar suficiente antes de que agotara la existencia,
cuatro botellas sería suficiente.
Cuando llegué a la caja a pagar,
deje las botellas paradas, mientras con la otra mano controlaba otros dos
paquetes. Una vez que la cajera atendió al anterior cliente, ella movió la
banda para acerca mi compra. Repentinamente las botellas rodaron por la banda
llamando la atención del siguiente cliente. Entretanto la cajera me pedio que
dejara las botellas recostadas, fin dificultar su caída. La siguiente cliente, una
señora, sorprendida que yo tuviera cuatro botellas de tal vino, me pregunto,
llena de curiosidad, la razón por la cual compraba tantas al mismo tiempo.
No me podría haber quedado callado.
De inmediato le comenté que era de un vino tinto de muy buena calidad y a un
precio muy bajo. Claro, le faltaba la pregunta del millón, ¿a qué precio? Tuve
que verme precisado a darle a conocer mi secreto. $2,86. No había yo terminado
de indicárselo cuando ella me pidió le cuidara su compra y de inmediato…desapareció.
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