OPINION, 18 noviembre 2017
El 27 de octubre, viernes,
empezó a llover tal como se había pronosticado. La lluvia continuó toda la
noche hasta el amanecer del domingo, mejor dicho hasta las 5 a.m. No había duda
que tal lluvia iría a beneficiar nuestras plantas. Pero esperemos para ver los
reales efectos del exceso de agua.
Antes observar tales efectos
debíamos ir a misa y allí leer la Palabra en la misa de las 8 a.m. Así que a
nuestro regreso a casa mi señora me hizo vez el charco que había en la entrada
del patio trasero. Con solo verlo me di cuenta que el exceso de agua había
causado una inundación.
Ya hace algún tiempo había
pasado lo mismo, fuertes lluvias e inundación. En tal momento hice una canal
paralelo al “driveway” hasta la entrada al patio. Dado que tal tipo de
inundación no se presentaba, lo tapé. Ahora debía abrirlo de nuevo. La tarea no
estaba fácil pero de inmediato la empecé. Había que abrir el canal para que tal
cantidad de agua saliera y vertiera a la canaleta que recoge el agua lluvia.
Pero antes tenía que ver que había pasado adentro, en el patio.
Toda la cerca ubicada en el
lado norte y oriente y sur estaba completamente anegada. Lo que implicaba que
las papayas recientemente trasplantadas están en peligro de desaparecer.
Regresé de inmediato al problema de la entrada. Abierta la canal a base de
garlancha, poco a poco el agua retenida empezó a fluir. Traté de cerrar el
charco que se había formado en la puerta que daba al patio, canalizando en esta
forma su salida. La puerta de acceso al patio quedo bloqueada. Así que debía
entrar por la puerta principal.
Debía evacuar el agua que
invadía la cerca del norte y la parte oriental. Era demasiada para que la canal
que había iniciado la absorbiera. Rápidamente abrí tres pozos temporales de un
metro por setenta por unos 25 de fondos, allí orientaría rápidamente el agua
retenida. Esto dio resultado inmediato.
Por otro lado tenía que
evitar que la nueva canal afectara los papayos trasplantando recientemenmte. De
la tierra que sacaba de los pozos les cree un circulo a su alrededor, que
temporalmente me las protegería.
Aun así el agua no salía con
la velocidad que se requería, por lo que había que presionar su salida
empujándola con la garlancha. Esto lo podía hacer al principio pero el agua estaba estancada en el recodo entre
norte y oriente. Ya era hora de vaciar los pozos que había creado.
Ahora me quedaba pendiente
trabajar con la puerta de ingreso al patio. La arena que había colocada para
sellar el ‘charco’ a su vez había subido de nivel y obviamente la puerta había
quedado sellada. Dado el cansancio creado por la agitada labor, quedaría
pendiente para dentro de una semana.
Había que desmontar la
puerta. Necesitaba el barreno eléctrico para remover los tornillos de las
bisagras. Este aparato no estaba disponible así que tenía que hacerlo manualmente.
Pensé que iba a ser difícil, pero no. Desmontada la puerta con la ayuda de mi
señora debía hacerle ajuste con el cepillo de mano. Fue algo interesante. Este
lo había comprado en ReStore por US$1
casi como nuevo. Obvio, a quien se le ocurre comprar algo pasado de moda, pues
a alguien que conoce y sabe usarla y yo lo sé. Arreglada la puerta, con la
ayuda de mi señora la instalamos en su sitio.
Ah, pero espere el poste de
madera se movía, mejor dicho su base no estaba firme.
Manos a la obra, había que
comprar el cemento y seguramente unas piedras. Comprado había que buscar la
piedra para colocarla en la base del poste. Tenía un bloque de cemento que me
facilitaba el trabajo. Pero muy grande para el espacio. Lo partí sin que se
rompiera, lo coloqué en el lugar correcto junto con las partes que quedaron y
previa preparación del cemento, lo vertimos alrededor del poste. Aun cuando tal
tipo de concreto seca en 30 minutos, solo hasta la mañana siguiente verifiqué
que había cumplido su misión.
Me he tomado el tiempo de
traer a mi estimado lector las peripecias por las cuales pasamos para controlar
el exceso de agua en nuestro patio. Por un lado de como uno puede superar sus
propios problemas y con el mínimo de costo, solo $3,50 valor de las 50 libras de
concreto y nada más.
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