sábado, 25 de noviembre de 2017

SEA COMO SEA, !VIVA FELIZ!

OPINION, 30 noviembre 2017

Esto de la felicidad cómo que es más difícil, o así lo ve uno. Complicada la cosa, ¿verdad?  Pareciera que todo depende del cristal con que se mire, de quien pretende utilizar tal palabra para fundamentar tal existencia. Para los que están enamorados puede representar la felicidad, que puede cambiar a lo opuesto, o por el contrario se fortalezca hasta que Dios lo disponga.  

Por otro lado, para muchos la felicidad no existe, nunca la buscaron y obviamente tampoco la encontraron. Y si la tuvieron enfrente, pensaron que era como comprar helados y la dejaron  ir, con la expectativa que de eso se encontraba en todas partes y mentira. Pero ya era tarde, se había ido.

Un interesante ejemplo lo encontramos en la columna La Poesía en Acción, edición del 16 de noviembre, página 12 de El Hispano, donde el reconocido poeta José Santos Chocano, 1875 – 1934 – nos da un buen ejemplo del concepto felicidad con su poema  Nostalgia. Veamos:

“Hace ya diez años
Que recorro el mundo.
¡He vivido poco!
¡Me he cansado mucho!

Quien vive de prisa no vive de veras:
Quien no echa raíces no puede dar frutos.
Ser rio que corre, ser nube que pasa,
sín dejar recuerdo ni rasgo ninguno,
es triste, y más triste para quien se siente
nube en lo elevado, rio en lo profundo.

Se pregunta uno como alguien que recorre el mundo “ha vivido poco”, en otras palabras no encontró, figurativamente hablando “la fuente de la eterna juventud” o “el tesoro de los chibchas” que lo recompensaran con lo que él buscaba. También podríamos decir que él era en exceso exigente, por lo tanto nada complacía sus exigencias.

O por el contrario el niño que “lo tiene todo” y que nada le satisface y que sea lo que se le regale, lo tira con gesto de desprecio. No hay duda que de seguir con los principios que vio en casa, a través de sus padres, esto lo vaya a afectar en su futuro.

Por otro lado, continúa Chocano diciendo que “Quien vive de prisa no vive de veras: quien no echa raíces no puede dar frutos”. La primera parte va muy acorde con el tipo de vida que vivimos, no hay tiempo para nada. Tanto que andamos como autómatas caminando o conduciendo textiando, no por que no tengamos tiempo, no, es por novedad y por un sentido de inmediatez que nos apasiona descontroladamente. Por lo tanto lo que en su época pudo haber sido más simple, sin tanta injerencia tecnológica, tampoco le permitió disfrutar de lo que llamamos felicidad.

Y que tal “quien no echa raíces no puede dar frutos”. Seguimos con lo mismo, pues el no proceder como la tradición de los pueblos determina, formación de una familia, no como hoy se estila, teniendo hijos aquí y allá, dejándolos para crianza con los abuelos o un “Guardian”, no podrá vivir la satisfacción del deber cumplido.

Lo importante es hacer de cada momento, como si fuera el último. Como hace el niño pobre con sus zapatos nuevos, gozándolos con satisfacción.

Para quien le quede aun una duda sobre la felicidad, haciendo feliz a otro veamos este ejemplo de hoy: Kate McClure de 27 años se quedó varada una noche en una salida de la I-95 cerca de Philadelphia por falta de gasolina. De pronto apareció un “homeless”, Johnny Bobbitt, 34 años.

El se sienta regularmente en ese lugar mostrado un aviso. De inmediato se acercó y le dijo, “En que la puedo servir”. Se había quedado sin gasolina. El prosiguió: “quédese en su carro y ciérrelo. Unos pocos minutos más tardes regresó con un galón de gasolina. ¿Quién es él? El es un veterano del Marine Corps y exbombero. El había comprado la gasolina con los últimos $20 que le quedaban.

Kate deseosa de agradecer tan generoso gesto fue a GoFundMe compartiendo su historia y agradeciendo le ayudaran para levantar fondos para  que Bobbitt estuviera abrigado y pagarle lo de la gasolina. Kate obtuvo $250.000, según los datos publicados por la TV, preciosamente el Día de Acción de Gracias. Con los cuales Johnny pagará el arriendo de una habitación, comprará un carrito y cubrirá unos muchos meses de gastos generales. ¡Quién lo iba a creer!


Veamos quienes fueron felices: Kate, los cientos de personas que colaboraron económicamente para hacer feliz a quien hoy duerme bajo techo, pronto con un carrito de su propiedad y con centavos para volver  a ser el agradecido hombre útil de siempre! Todos en una forma u otra fueron felices, inclusive haciendo feliz a Bobbitt. 

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