OPINION, 26 OCTOBRE 2017
Hay muchas cosas en este
país, que para algunos pasan desapercibidos, pero para otros no. De darse uno
cuenta puede determinar si lo afectan o lo benefician y que debe hacer, según
sea el caso. De no darse uno cuenta, lo puede afectar. No olvidemos que el
hecho de que uno no conozca el alcance de la ley no quiere decir que pueda ser
eximido de cumplirla. Esto desde ya implica que no podemos estar ausentes de lo
que pasa en el país. Existen otras que tienen que ver con los avances de la
tecnología o en conocimiento en general que uno posiblemente puede obviar, pero
que lo puede afectar a la larga.
Por ejemplo, para informar a
la comunidad sobre los cursos disponibles utilizo Google e-mails. Llega un
momento que Google ha crecido tanto y ofrece una gran cantidad de servicios,
que seguramente faciliten el cumplimiento de nuestra función. Trato de entenderlos
pero pronto me doy cuenta que la terminología y diversidad supera mis
conocimientos del idioma y de tal avance tecnológico.
Esta situación que les
comento me puede limitar hasta cierto punto mi avance. Así que debo hacer lo
imposible por no quedar rezagado Hasta qué punto nos acostumbramos a lo
cotidiano, mejor dicho, a quedarnos rezagados creyendo que el problema no es
nuestro, pensando que el universo nos va a dar espera. Cosa que no sucede.
Esto tiene que ver también
con nuestro comportamiento con la cultura del país. Entendamos desde ya que una
cosa fue la nuestra, en nuestros países, y otra bien diferente la de este país.
Esto no quiere decir que debamos perder la nuestra, en absoluto, pero algo bien
cierto es que debemos ser respetuosos de las que ellos tienen. Cada país tiene
su propio código de vida, ya sea cultural, político, social, etc. El mantener
el nuestro nos da una ventaja sin demeritar la de acá.
¿Qué quiere decir esto? Que
una cosa es lo que nosotros considerábamos procedente pero que necesariamente
puede no serlo en el país. Cosas simples pero que debemos tomar en cuenta. Una
vez cuando era voluntario del programa de elaboración del “income tax” de la
AARP, inadvertidamente la persona a cargo hizo pasar a un señor primero que una
señora. Ella de inmediato elevó su protesta de que ella tenía prioridad en la
lista de arribo. Previa las disculpas del caso, se le atendió primero que el
señor. En nuestros países la gente reclama pero no siempre se le concede la
razón.
Acá hay que conocer cuáles
son algunas de las reglas más comunes para uno estar preparado según sea el
caso. Ir a la iglesia es uno de ellos. Muchas personas van como si fueran a la
playa o a un coctel, le echan el brazo a la compañera, ponen los pies donde uno
se arrodilla, etc. dejando a un lado precisamente no solo las costumbres de ir
debidamente arreglado a la Casa de Dios, sino detalles mínimos de compostura en
espacios religiosos.
En este orden de ideas
recuerdo lo que me paso hace ya algunos años. “Lo recibo por cinco minutos”.
Esto me lo dijo a mí personalmente una funcionaria de una organización pública
local. A tal determinación, reaccioné de inmediato aclarándole a mi
interlocutora que no era procedente la forma en que me trataba. Ella, de inmediato
cambió y trato de darme el trato cortés y atento que debía hacer, primero que
todo como empleada publica y segundo porque yo no estaba buscando trabajo, y
aun así, para que me hablara en esa forma tan perentoria y poco cortes.
Hay que reconocer que ella,
de inmediato, cambio su actitud pues hablaba en función de la institución
gubernamental que representaba y quien esto escribe a Hispanics in Action, Inc.
No siempre es igual. Como
miembro del St. Lucie Local Coordination Board for the Transportation
Disadvantaged, debo asistir a sus reuniones. Verán ustedes la sencillez pero al
mismo tiempo la eficiente organización que tienen desde su ingreso a la sala de
reuniones. Allí está la mesa de inscripciones, luego una cartulina con su nombre,
que se colocará en el área de sesiones, previa presentación de la “Pledge of
Allegiance” y anuncio personal de quienes asisten a la reunión. Luego sigue el
desarrollo de la Agenda de la reunión.
No olvidemos, sea cual sean
nuestras normas y procedimientos, dentro de lo posible, conozcamos las que
corresponden a cada situación. Nos evitaremos problemas y crearemos muy buenas
relaciones con nuestros congéneres. ¡No se pierde nada, pero si se puede ganar
mucho!
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