OPINION, 7 de septiembre de 2017
Existen muchísimas cosas que
no sabemos, de pronto creemos que no nos interesan y pasarán desapercibidas.
Pero llegará el día en que nos daremos cuenta que debimos haberle dado importancia.
Por ejemplo, cuando tenemos problemas. En ese momento consideramos cuan útil
hubiera haber hecho caso. Seguramente nos hubiera facilitado la toma de
decisión, hoy.
Y es que mucho tiene que ver
la forma en que nosotros vivimos. Tratando de mantener nuestra cultura,
nuestras tradiciones, etc. etc. Aun
cuando podemos tener razón, no hay duda que ausentes de lo que pasa hoy, no debiera
ser nuestra política o forma de vida. Especialmente cuando nos encontramos en
un país con una cultura diferente, que desconocemos pero que nos rige,
querámoslo o no.
Cuando visitaba al
odontólogo encontré la última edición de Reader Digest. Y al ojearla, encontré
un tema que me pareció de mucha importancia. “Why it pays to increase your word
power”, en otras palabras: “por qué vale la pena incrementar el poder de tu
palabra”. Para poder descifrar lo que quiere decir el autor del artículo, hay
que leerlo, luego digerirlo y obviamente aplicarlo.
La pregunta del millón,
según tal artículo. ‘Conteste honestamente, porque de su respuesta puede
potenciar la cantidad de gusto en su vida diaria, demorar los efectos de la
demencia y aun vivir muchos más años’. “How many hours did you spend reading
books last week?
Usted debe responder el número
de horas que utilizó leyendo libros, la semana pasada. Simple, ¿verdad? Bueno
si queremos ser sinceros es muy probable que no mucho. ¿A qué viene la
pregunta?
De acuerdo con una
investigación realizada por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de
Yale entre 3.600 hombres y mujeres mayores de 50 años, quienes leyeron libros
de ciencia, ficción o poesía por lo menos 30 minutos al día por varios años están
viviendo un promedio de más de 2 años, que la gente que no lee nada.
¿Qué tal? Los que llegaron a
leer por lo menos tres horas a la semana, 23 por ciento tuvieron menor
probabilidad de muerte entre el 2001 y el 2012, que los que solo leyeron
periódicos o revistas.
Esto que les comento tiene
relación directa con la tendencia muy norteamericana, pero hoy extendida a
muchos países de que los padres les lean libros varias veces a la semana a sus
hijos a partir del sexto mes de nacimiento. Esto ha tenido notable impacto en tales
niños que ya a los cuatro años demuestran fuertes habilidades literarias,
superando exámenes con alta calificación y mejores empleos que los nos que no
contaron con tal apoyo de sus padres. O se convirtieron en autodidactas.
Cuando la costumbre de leer
libros se vuelve una rutina, la lectura y adquisición de habilidades
lingüísticas directamente dan apoyo al funcionamiento del cerebro en gran
forma. Simplemente se dice que: el poder de la palabra incrementa el poder del
cerebro. La diferencia entre leer libros a revistas o periódicos radica en el
ejercicio que se crea cuando al leer el libro la mente hace conjeturas,
contactos, seguimiento de la trama del libro, en otras palabra lo pone a
trabajar.
La relación o dinámica que
se crea al leer un libro tiene acción directa con la empatía y la inteligencia
emocional. Esto no quiere decir que quienes lean los periódicos, las revistas y
los artículos en Internet no tengan mérito. No hay duda que todo lo que leamos
que llene nuestra mente y la exponga a nuevas palabras, frases, y hechos llevan
beneficios mentales.
Para los amantes a ampliar
el rango de conocimiento de palabras, por ejemplo aprendiendo un nuevo idioma o
estudios complementarios, etc. De acuerdo con investigadores de la Universidad
de Santiago de Compostela de España, puede en forma significativa demorar
manifestaciones de disminución mental. Además, se ha llegado a la conclusión
que las personas que estudian dos o más idiomas mantienen su mente activa,
enriqueciéndola con nuevos sonidos, valores, culturas, etc.
Para concluir, es muy
importante que tomemos en cuenta los resultados de las investigaciones
mencionadas. Ya se ha demostrado que el leer libros favorece una vejez más
activa y lejana de problemas mentales, en particular el Alzaimer, que se
presentaría en un promedio de 4.5 años más tarde que personas que no leen o se
mantienen inactivas. En otras palabras debemos mantener nuestra mente ocupada,
trabajando, para mantenerla siempre en acción.
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