OPINION, 6 julio 2017 abajo
OPINION, 13 julio 2017
Hace unos buenos años había
un programa de televisión mejicano, cuyo objetivo era llamar la atención sobre
algunas características muy nuestras que nos estaban afectando o no estaban de
acuerdo con los tiempos cambiantes de aquella época. Esto fue hace unos 20
años. Bueno esto no ha pasado de moda, solo nos sirve para actualizarnos, para
saber dónde estamos.
Es difícil, sin hacer una
evaluación poder establecer el para donde vamos y si vamos en la dirección
correcta, con el fin de cumplir lo que con tanto ahínco prometimos cuando
empezamos a soñar con nuestro viaje a estas tierras.
No hay duda que una cosa es
imaginarse, soñar, hacer globos y otro bien diferente el como tales
predicciones se hicieron realidad, o que cambios negativos no nos permitieron
desarrollarlos.
Es muy probable que al no
darse las condiciones esperadas tuviéramos que cambiar de planes, o mejor
adaptarnos a las condiciones que cada uno encontró o, en el peor de los casos,
bajar la guardia y dejar de luchar, de perseguir aquel sueño. Los que están
logrando su cometido, felicitaciones, pero los que no, este artículo no les cae
mal inclusive a mismo que día a día hay siempre algo que podemos hacer en
nuestro beneficio o el de nuestra ciudad y sus habitantes.
Sea cual fuere la razón, el
problema que se vislumbra es que de seguir como van es muy probable que tarde o
temprano tengan que regresar a sus tierras, haciéndole creer a todos los que
fueron nuestros amigos, que USA ya no es lo que fue para nuestros padres, que
hicieron alguna fortuna hace ya hace unos años. Quienes los escuchen obviamente
no los van a creer. Ya que esta es una tierra de promisión. Por otro lado es
muy probable que los nativos estén descontentos, se acabaron las épocas de
grandes salarios y grandes carros.
¿Será que aún es tiempo de
recuperar el tiempo perdido? No será fácil, todo depende de cada uno de
nosotros. La decisión es nuestra y de nadie más. Y démonos cuenta que cada año
la cosa se pone más difícil, por un lado
y por el otro nadie tiene el futuro asegurado. En cualquier momento la
situación puede cambiar. Recordemos los que compraron casas, a altas tasas de
interés pero que perdieron sus empleos por los efectos económicos, las tuvieron
que perder, y fueron muchos y en todo el país.
No podemos decir que acá no
hay oportunidades. Las hay, pero el grado de preparación se hace más exigente.
Y esto lo vemos inclusive en los nativos, la continua actualización en la
universidad se hace más apremiante el disponer de recursos económicos para
pagarlos, pero también superar la decidía que a esta situación acompaña.
Recuerdo que cuando nos
mudamos a esta comunidad me dieron a entender que era viejo y que por lo tanto
el trabajo a desempeñar no era para mí. No había necesidad que me recordaran mi
edad para no darme el trabajo, por el contrario sin pensarlo dos veces busqué
otras alternativas que me permitieran sobrevivir con satisfacción personal.
Veamos lo que tal ‘rechazo’
creo en mí. Yo nunca soñé ser periodista, enseñar español, crear dos organizaciones
sin ánimo de lucro, llegar a conseguir 24 instructores voluntarios para enseñar
inglés, francés, italiano y español, conseguir 13 lugares para enseñar entre
iglesias, bibliotecas públicas y jardines botánicos, terminar mis estudios de
pintor, pintar 13 cuadros y exhibirlos en bibliotecas y clubes, estudiar para
convertirme en Master Gardener, tomar cursos de manejo de insecticidas y
cultivos hidropónicos.
Convertirme en miembro de la Florida Guard Association,
miembro del Treasure Coast Community Choir, coro de más de 100 voces, ser
profesor bilingüe de inglés y español, hacer presentaciones en inglés ante
organizaciones locales. Se me olvidaba comentarle que junto con mi esposa,
iniciamos nuestra huerta con mangos, guanábanos, plátanos, papayos, moringa y
otros. Ellos serán nuestra mejor fuente de trabajo y satisfacción, en los
próximos años.
Nunca pensé que junto con mi
esposa pudiéramos quitar la cerca de madera e instalar una nueva, cambiáramos
los pisos de alfombra por pisos de madera, inclusive los sanitarios sin haber
tenido experiencia previa.
Lo más importante aún estar
estudiando, cómo mejorar nuestra redacción en inglés en la Biblioteca Blake en
Stuart y lo más agradable recibir llamada de un PGA club invitandome para
dictar un curso de español. Lo que no me
dieron a los 60 años lo estoy recibiendo ahora. Así que ¿Qué nos pasa? No. ¡Qué
fue lo que no pasó!
--XXX--
OPINION, 6 julio 2017
¿SERA QUE EL
PROBLEMA ES NUESTRO?
Existen muchas cosas que no
hemos pensado, lo que no significa que no existan, sencillamente no se han
atravesado en nuestro camino. Como puede uno llegar a creer que existen seres
que ante la desdicha encuentren en ella una lección de vida, si una lección de
vida para no volver a pasar por las mismas. U otras que aun frente a la
enfermedad aprendan la lección de la vida, de lo que se habían estado
perdiendo, inclusive no saber que existía.
Posiblemente en varias
oportunidades ellas/ellos vieron en otros seres, cercanos o lejanos el
sufrimiento o su nobleza para recuperarse y seguir adelante. ¿Verdad que no
hemos estado expuesto a tales situaciones? Bueno a Dios gracias, pero
recordemos que eso no significa que deban pasar y de lo cual nosotros no estemos
exentos.
En una de mis clases de
español llegamos a un tema sobre los miedos, sus efectos. Normalmente sentimos
el miedo cuando éramos niños y nos asustaban con el ‘coco’ para que nos tomáramos
la sopa, o para que hiciéramos las tareas, etc. Pero generalmente no tomamos en
cuenta el tipo de miedo, por ejemplo, del miedo al rechazo por parte de la
familia, las amistades, el miedo al fracaso, el miedo a la pérdida de un ser
querido y que tal una cosa que está bien en boga, el miedo al cambio, si al
cambio que nos puede afectar nuestra forma de vida.
Cuando tocábamos el tema me
daba cuenta que “a estas alturas del partido”, para que los miedos no nos
afecten tanto y en forma directa, el estar preparados para diferentes y
potenciales efectos, sobreviviremos. Por ejemplo, el torrencial aguacero de
hace una semana, con el agua a la altura de la rodilla.
Nunca habíamos pensado que
tal cosa nos pasaría a nosotros. No obstante nos pasó y hay que reconocerlo no estábamos
preparados para usar la sobrilla o un impermeable. Como era obvio, eso no nos
evitó el miedo a que el agua se nos entrara a la casa o pudiéramos conducir
nuestros vehículos a nuestras casas, etc.
En lo posible debemos
pensar, ahora más que nunca, en las posibilidades de que circunstancias que a
otros les han tocado pasar, son potenciales enemigos nuestros que con tiempo
debemos ‘desterrar’ de nuestras mentes, con
preparación, y así mejor manejar los casos que se nos presenten.
Veamos como existen seres,
Laura Rangel, triatlonista colombiana que “Encontró en sus
debilidades sus mayores fortalezas. Estuvo lista para no dejarse vencer de las
adversidades” en las competencias
que ha tenido que participar. Otra máxima de esta ejemplar deportista: que
frente a la adversidad, que estando lesionada decidió competir. “Corrió tanto
que era como si sus piernas se desprendieran de su cuerpo. Le dolían, pero
sabía que debía darlo todo. Ocupó el
tercer puesto y, con 15 años, supo que el poder de la mente era el que
impulsaba sus piernas.
Lindo ejemplo. ¿La quiere conocer? Lea mi artículo en la
página 19 – La Mujer en Acción – le sorprenderá.
Ahora y como parte de este articulo veamos qué pasa con
mujeres que sufrieron cáncer del seno, parcial o total. Uno, a simple vista,
consideraría que se les acabo la vida. Más no, más vivas y amantes de la vida
nos comparten su sentir en las siguientes declaraciones, recogidas del libro
Sonríe o muere, La Trampa del pensamiento positivo de Barbara Ehrenreich:
“He aprendido a cuidar de mi cuerpo como se merece para
que el me cuide a mi igual”.
“Como diría Nietzsche, lo que no te mata te hace más
fuerte”.
“El cáncer de mama me ha dado una nueva vida”. Necesite
experimentar algo así para abrir los ojos a la alegría de vivir”.
“La fuente de mi felicidad fue, ni más ni menos, el cáncer; gracias a
él, las cosas buenas de mi vida se hicieron buenas de verdad”.
Y como complemento lo que me dijo una joven profesional
de un país dominado por el comunismo, hablando de su madre que la había
visitado. “Lindo país, pero por nada del mundo me quedaría a vivir acá, porqué
en el mío tengo todo, mis amistades, mi cultura, mi casa, mi educación y servicio
médico gratis, en fin todo lo que hace de mi un ser humano feliz. Solo me falta
tú”. ¡Eso no me lo puede dar el sistema!
¿Será que no sabemos vivir? Que queremos vivir la vida de
otros sin darnos cuenta que somos nosotros y los nuestros a quienes nos
debemos. ¡Así como ellos creen que nosotros los amamos!
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