sábado, 15 de abril de 2017

LO MAS DIFICIL, ES LO QUE NO HEMOS INTENTADO

OPINION, 20 abril 2017 

Pero no, no hay pero que valga. Si ya hemos superado tantos escollos lo que nos queda por recorrer será relativamente más viable, posible. Aun así es probable que  los nuevos desafíos sean precisamente nuevos y de los cuales carecemos de experiencia, eso creemos pero de pronto no lo es.

Algo que he aprendido, en particular en este país, es que no se necesita ser mago para saber de todo, lo que si es que debemos saber a quién consultamos, sobre cómo hacer algo, por difícil que sea. ¡Ah! ¿Qué le incomoda consultar? Bueno entonces visite www.youtube.com allí podrá encontrar la respuesta a sus inquietudes. ¡Ah! Que no inglés, ‘no problem”, también lo hay en español.

A donde quiero llegar. Sencillo. Hace un buen tiempo que a través de nuestra huerta casera almacenamos el agua lluvia con sencillos recipientes que la reciben directamente del tejado. No hay duda que nos hemos economizado unos buenos centavos y las plantas han podido crecer y dar sus frutos a bajo costo. Claro, el lugar donde colocábamos los recipientes era sobre el ‘deck’. Limitando, un tanto, el espacio para disfrutarlo.

La idea era recoger el agua a través de una canal que a su vez la decantara en uno de los tanques qué para tal efecto tenemos. En esta forma el ‘deck’ quedaría libre. Como decimos acá: “fácil decir que hacer”. Ya había consultado sobre su viabilidad, habiendo recibido respuestas positivas sobre mi prepuesta. Inclusive el día anterior había consultado a una persona experta para que me orientara sobre cómo hacerlo.

Por razones de trabajo dicha persona no pudo visitarnos. Que vaina. Aun así viendo que debía hacerlo, de todos modos, tomé la decisión de ir nuevamente a Home Depot. Consideré que instalar la canal no era nada complicado. Yendo a la sección respectiva encontré la canal, 3 metros y luego empecé  a buscar los aditamentos que yo creía corresponderían, pensando lo que eran en mi querida tierra.

Una vez que encontré los respectivos soportes, obviamente diferentes a los que yo suponía, armé mi canal. Había un problema, el tipo de tornillo que traía los soportes no me eran comunes, aun así al llegar a la caja consulté con la operaria, quien de inmediato llamó a un operario. El dijo que se requeriría un ‘nut driver’ y que él sabía dónde estaba. Me preguntó si tenía destornillador eléctrico (screwdriver). De inmediato me lo trajo personalmente. Pagué y salí directo a mi carro, pensando que iría a hacer con mi canal de 3 metros.

Ya enfrente de mi carro se me ocurrió bajar el vidrio delantero derecho y el trasero izquierdo. Ya, de antemano, había colocado una especie de bandera roja a lado y lado de la canal. A lado y lado sobresalía unos 40 centímetros de canal. Fuera como fuera ya me había embarcado en mi misión de llevarla a casa en el automóvil.

Pidiendo a Dios que todo me fuera bien, llegué a casa. Mi señora me felicito por haber superado “el impase”. ¿Almorzaba o instalaba la canal? Si ya había llegado hasta allí, lo que me faltaba ya no era nada. Con mi escalera de madera, “made at home”, hecha en casa y haciendo los respectivos cálculos me ‘arme de valor’ y con el ‘screwdriver’ instalé la canal.

Había terminado lo que pensé sería complicado. Sí le hubiera pedido a un técnico, de seguro me habría cobrado $100. Esa misma tarde llovió, lo que me permitió confirmar que el trabajo realizado era el correcto y que el agua ahora bajaba sin dificultad a uno de los tanques.

Ahora podía dedicarme a pintar el ‘deck’ pero antes cambiar uno de los listones y colocar un par de soportes. Afortunadamente teníamos en casa el material disponible, salvo la pintura que previamente habíamos comprado en Walmart. Un especial amigo me facilitó su ‘screwdriver’.

¡Oh!, alto, trabajo aun no terminado. El arreglo del ‘deck’ requería a su vez el cambio de la decoración. También disponiendo de los elementos, procedimos de inmediato. Utilizaríamos los bambúes y las plantas de sábila, de que tanto nos preciamos. Para la pintura utilice el rodillo para la primera mano, para la segunda consideré que me daría mejores resultados con brocha. Así lo hice y en “un dos por tres” ese ‘deck’ quedo como para exhibición.


Conclusión, no alcanzamos a invertir $50 en un trabajo que nos hubiera costado por lo menos entre $150 y $200. Superé mi potencial incapacidad para hacer algo que seguramente en mi querida tierra no hubiera hecho, pero que acá me sirve de experiencia de que ‘cuando uno quiere uno puede’ y lo más importante compartir con usted, estimado lector, a través de estas líneas, esta nueva y exitosa experiencia, que pensé podría ser complicada.  

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