sábado, 22 de abril de 2017

“DRESS FOR SUCCESS, DRESS PROFESSIONALLY”

OPINION, 27 abril 2017

Había recibido una circular anunciando la disponibilidad de un puesto en una organización de salud. La descripción de la vacante coincidía con lo que mis conocimientos, me faltaba experiencia, lo demás era propio de mi personalidad y formación: diligente, despierto, puntual, honesto “llevaba el mensaje a García”, adivinaba la acción a seguir, deseaba trabajar y así lo demostraba mi corta carrera.

Venía de una organización de renombre a la cual me había vinculado hacia dos meses, El Centro Colombo Americano. En esta institución me desempeñaba como profesor bilingüe de prácticas en administración. La institución me daba el respaldo, me creaba la seriedad de quien era y porqué había llegado allí. No era bachiller, pero mis estudios y hablar dos idiomas hablaban por sí mismo.

En aquella época, hace un poco más de medio siglo, hablar inglés, era como hablar hoy chino. No muchas personas se dedicaban de lleno a estudiarlo, menos con profesora privada, como lo había hecho yo, además había sido becado por el Instituto Linguístico Colombo Americano, lo mismo que en el Colombo, como se le conocía. Aun no era un idioma que atrajera a muchos.   

De inmediato me dirigí a dicha compañía. Entrevista corta y al grano. De inmediato me pidieron que llenara la hoja de vida y quien me entrevistó, Representante de dicha organización en Colombia, me preguntó en que tiempo podría asumir el cargo y si estaría interesado en viajar en término de dos semanas fuera del país para entrenamiento, en las funciones propia del cargo a asumir.

Cincuenta y cinco años después me pregunto cómo fui yo, sin tener conocimientos de lo que en aquella época era rigor: “dress for success” o “dress professionally”. Creo que en aquella época se llamaba OPORTUNIDAD. Si, estar uno en el lugar preciso, con la preparación adecuada y el talante necesario para ocupar, sí, mi cargo.

A que vengo con tal recuerdo. Sencillo, pareciera que el “cake” vale por la decoración más que por los ingredientes. Nuestra genuina y genial preparación hace la gran diferencia. Cómo sobresalir, tiene que ver indefectiblemente con la forma como estemos preparados, de dónde venimos, que universidad, que calidad humana, etc. Hace poco se hablaba de los contactos, las recomendaciones, las influencias etc. Hoy parece que eso ha cambiado.

No obstante hoy en día las empresas no piden, exigen competencia de acuerdo con los avances de la tecnología y los requerimientos de producción que aseguren, además, un entrega total. En una revista en inglés, sobre las primeras 50 empresas mas importantes y que atractivos ofrecen esta algunos que le trascribo: “Work as if you own the company”, mejor dicho: trabaje como “si fuera el dueño de la empresa” o “You are limited by yourself”, en otras palabras “el horizonte es tu limite”, “We have unlimited opportunities to grow”. “Tenemos ilimitadas oportunidades de desarrollo”. Pero si no es la persona adecuada las compañías se verán obligadas a: “Penalizing the low performers”, si penalizando a los de baja productividad. Esto parece un Derby, si una competencia de pura sangre. Así han cambiado las cosas y los valores humanos.   

Esto quiere decir que el problema no está en cómo nos vistamos, aun cuando tiene importancia, lo vital es nuestra trayectoria profesional, “expertise”, creatividad, etc. lo mismo que el aporte que demos a la compañía, en el sitial que pretenden y nosotros representamos la inversión que ellos están buscando para lograrlo. No hay duda la genialidad es fundamental. Hoy en día se está importando el capital humano para trabajar en proyectos de Silicon Valley.

Pero no olvidemos lo que les comenté en mi pasado artículo sobre como Epstein logró armar en cinco años a los “Chicago Cubs”, como campeones mundiales. Tenemos que estar preparados para trabajar en equipo, tener multitud de valores que favorecerán el enriquecimiento de la organización.

Otras compañías dicen que proveen “Rapid phase of learning not to get bored”, claro, hay gente tan preparada que el cargo les queda pequeño y tiene que estar siempre actualizándose. Antes de que lleguen talentosos jóvenes profesionales chinos, indues o rusos con doctorados en universidades norteamericanas.

Para concluir, a través del tiempo mis jefes me orientaron a que siguiera una carrera y no cursos cortos. Me hice bachiller, luego me gradué como Administrador de Empresas, seguí y obtuve mi MBA y una especialización en auditoria de sistemas. La satisfacción personal hizo que nuestros hijos se proyectaran como diseñadora, administrador, veterinaria, arquitecto en Bogotá. Tres de ellos con grados en USA, un MBA, una Diseñadora de Modas y una Minister of Divinity.

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