OPINION, 9 marzo 2017
Es bueno que de vez en cuando
recapacitemos sobre que hemos hecho en los últimos años, que tal cinco, diez o
quince, sería una buena terapia. Sí, porque pusimos tantas ilusiones, deseos,
sueños, capital, que bien vale la pena reencontrarnos y ver si valió el viaje,
si logramos satisfacer todo lo que tuvimos en mente.
Lo digo porque hoy en día
más que nunca vemos como nuestro valor está en función de lo que logremos. Si
no hemos hecho nada, bien merecemos lo que tenemos, lo que no hemos avanzado,
lo que le hemos negado a nuestro ser, a nuestra familia a nuestra gente, a
nuestra tierra. Que a ellos no les importa, no es cierto, solo que como no les
contamos nuestras tristezas o logros y obviamente no aparecemos en los medios
de comunicación salvo en Facebook, como lo van a saber.
Cuando hice tal ejercicio,
me di cuenta que realmente no sabía lo que acá podríamos hacer. Mi ilusión
inicial era enseñar inglés, esto para que nos demos cuenta de cómo de mal
orientado uno puede estar. Como prueba al abrir clases, los estudiantes no
aparecieron, mejor dicho: ‘casa de herrero azadón de palo”. Pero como se me
pudo a mi ocurrir que en el país donde todos hablan inglés, existieran todavía
personas que no lo dominaran y que no fueran de ojos azules.
Bueno, el equivocarse no
significa derrota, pérdida, etc., por el contrario nos abre los ojos sobre
otras alternativas, otras que de pronto puedan crearnos otras oportunidades,
otros escenarios, otras satisfacciones. Recordemos aquella sentencia bíblica que
hemos acomodado a nuestro vocabulario “no solo de pan vive el hombre”. Esto nos
demuestra que aun cuando nuestros planes, si los tuvimos, no funcionaron
existen opciones que podemos analizar, escoger y a trabajar.
Dijo usted “a trabajar”,
será que estamos locos o que nos falta poco. Sí, todos, para no decir todos
solo estamos pensando en el montón de billetes, pensando que es en ellos donde
encontraremos nuestra realización personal. Pero no, es precisamente en el
cumplir lo que Dios quiso que nosotros hiciéramos en la tierra, es lo que
debemos hacer. Difícil saber, a no ser que encontremos el plan debidamente
escrito para no perdernos.
La cosa así no funciona.
Desde el punto de vista formal, debemos tener un objetivo, determinar
viabilidad, factibilidad, disponibilidad de recursos físicos, económicos,
humanos y tecnológicos para sacar
adelante un proyecto. Hace poco dije una ‘herejía’, sí, dije ‘estudiar’. Si eso
fue .lo que dije. ¿Quién, hoy en día quiere estudiar?, muy pocos y si estudia
tiene que ser algo fácil, no importa que paguen poco, lo importante es ‘salir
adelante’. Falso, pero ahí estamos y posiblemente ahí nos quedaremos.
Será que a los 60 años
estaremos demasiado ‘viejos’ para realizar algún sueño, proyecto, aventura, o
continuamos dándonos por vencidos sin
haber ‘hecho la guerra’. Verdad que sí. Sí a los 25 no lo hicimos, o a los
30, 40, 50, etc. será que aún tenemos fe en nosotros ¿para realizarlo? Todo
depende de cómo estemos pensando y si todavía seguimos soñando o deseamos
realmente realizar algo en esta vida que Dios nos dio.
‘Nunca es tarde para amar’,
dice nuestro adagio. Todo depende de nosotros. No le echemos la culpa al ‘lazo’.
Todos tenemos la obligación personal, máxime como hispanos de realizar un
prodigio en esta tierra de promisión.
Me pasaron el micrófono,
prendieron el laptop y en la pantalla del Dolphin Bar and Shrimp House en
Jensen Beach, apareció el saludo de bienvenida que Hispanics in Action, Inc.
daba a los miembros del Rotary Club de Stuart, dando inicio a su reunión de
socios, aproximadamente 50. Esta institución fue fundada en 1929 y cumplía una
vez más una tradición. Almuerzo de camaradas.
El maestro de ceremonias,
habiendo leído actas de rigor dio la bienvenida a Nelson Merchán-Cely,
presidente de Hispanics in Action, Inc. como expositor invitado. Se había
cumplido un sueño no pensado, dirigirme a tan selecto grupo. Expresé mis
agradecimientos a John Hosler, nuestro asesor en gerencia de SCORE por su
aporte a nuestro desarrollo, a los profesores, a la comunidad e instituciones
que han hecho posible superar el reto, lo mismo que a mi esposa, valor
fundamental para el logro del éxito alcanzado. A usted, leal lector gracias
¡por su fe en este colombiano! ¡16 años dedicados al desarrollo de la
comunidad!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.