OPINION, 20 enero 2021
Desde temprana edad sentí el deseo de compartir el conocimiento tanto del inglés como de la pintura, obvio aun sin suficiente experiencia. Aun asi, como iba a compartir algo que tenía. Por el contrario, increíble, y aun así me inicié en tales lides. Un día hablando con mi hermano mayor, con cinco años más de edad, sobre que debería hacer en mi futuro, me dijo, enseña inglés. Pero si sólo llevo un año con clases privadas. No importa enseña lo que has aprendido. Tú sabes mucho comparado con él que no sabe nada. ¡Wow! ‘Se salvó la patria”. Tenía razón.
Mucho antes de esto, nuestros
padres descubrieron, antes que yo, que de niño era apasionado dibujando las
caricaturas del periódico, en particular las historietas a color de los
domingos. Primero, utilicé cuadernos, pero poco a poco papel periódico y finalmente
papel para dibujo. Me costaba unos pesos. Es interesante, dinero no había, aun
así me debía alcanzar para lograr mi objetivo, y lo logré, no solo en ese
campo, pero en otros que me posicionaron hasta donde hoy me encuentro.
Una vez terminé mi primaria, empecé
a trabajar en la fábrica de muebles que mis padres tenían. Con el dinero que yo
ganaba me daba el gusto de visitar una papelería donde compraba el material
necesario, en particular los dibujos profesionales que me orientaban como y que
debía yo dibujar. Esto me motivaba muchísimo pues eran tan realistas, que así yo
podría fijarme metas. Difícil pero lo intente. Solo muchos años después me di
cuenta lo que había hecho y como había fundamentado mi vida profesional.
El dibujo se convirtió en mi
hobby. Tanto que una vez mis padres consideraron que yo debía estudiar como
dibujar. Poder hacer esto a relativa tierna edad, unos 15 años, era algo
excepcional en casa, No se cómo, pero llegué a inscribirme en las clases de
extensión en la Universidad Nacional de Colombia, una de las más grandes e
importantes de aquella época, División del Departamento de Diseño, primero en dibujo
artístico y dos años y medio después en dibujo arquitectónico. Clases nocturnas.
De día era imposible estudiar,
ya que tenía que trabajar, pero no así de noche. Esto fue espectacular, 5 años
de estudios consecutivos. En los dos
años y medio de dibujo llegue a dibujar en modelo natural y dos y medio años
después de dibujo arquitectónico, inclusive con diseño y trabajo de maquetas.
No sé cómo me dio por dibujar de
frente a mi bella abuelita Matilde, madre de mi padre Pedro. Debo hacer un
pare. Sí yo hubiera esperado hasta que aprendiera bien, de seguro no hubiera
logrado la satisfacción, el gusto, el recuerdo, de algo que sobresalió en mi
época y nuestra familia. Aquello, precisamente, me dio, más tarde, ánimo para
seguir adelante, superando etapas. No había necesidad de tener la perfección sí
había el espíritu de la realización personal.
El objetivo era dibujarla a
lápiz. Tal ‘hazaña” era algo excepcional. Primero, que ella creyera que yo
podía hacerlo y segundo que ella posara. Ella con su precioso genio de bella
abuelita, de aquellos tiempos, hace unos 65 años, estuvo más que anuente. Para
ello debía contar con un atril, un tablero de triples y los lápices que
compraría en la librería.
El resultado fue algo
inesperado. Quedo tal como ella era. Mis padres quedaron gratamente
impresionados. Mi padre de inmediato hizo el respectivo cuadro y en ceremonia
familiar hicimos la introducción colocándola en nuestra sala. Todo aquello
quedo para recuerdo de la bella abuelita y del amor que todos le expresábamos.
Gracias a los estudios
realizados dieron base para que años más tarde y ya lejos de la bella patria
pudiera continuar mi formación, pero ya no con dibujos en hojas de papel sino
con oleos gracias a la dirección del reconocido profesor Mario Mutis, pintor de
gran prestigio, aun residente en Port St. Lucie. Gracias a sus tres años de
clases, realicé 13 pinturas. Tuve la oportunidad de exhibirlas en varios lugares en la Costa del
Tesoro, en especial la Indian River State College, en Fort Pierce, Mariner Sands
Contry Club, en Stuart y Morningside
Library en Port St. Lucie.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.