OPINION, 28 febrero 2019
Cada día aparece algo nuevo.
Veamos esta fábula. Un joven se dedicó a viajar y a pasarla bien alrededor del
mundo, en particular, en barcos cargueros. Un día, en uno de las horas que les
quedaban de descanso mientras cargaban el barco, junto con un amigo, visitaron
una ciudad. Al pasar cerca a un rio vio a una joven lavando la ropa.
El pretendió establecer
comunicación, cosa que ella limitó al decir que su religión no le permitía
hablar con él y menos si no fuera su prometido. El le dijo, que se casaría con
ella. De inmediato fueron a donde su padre. El le dijo que de acuerdo, pero que
el debería, de acuerdo con la costumbre de ese país, entregar una cantidad determinada
de vacas. En este caso para la más virtuosa 9, y así hasta la de menos atractivos, 3 vacas
que era el caso de la joven.
Sobre el particular él ofreció
9 vacas. El padre sorprendido le dijo no, es solo 3 vacas. El insistió, para mi
ella “vale” 9 vacas. Pasó el tiempo y quien era su amigo de viajes regresó al
pueblo y al llegar vio un desfile de jóvenes muy bellas y con ella a la cabeza.
Siguió en búsqueda de la casa de su amigo. Al encontrarlo le pregunto que había
sido de su esposa. Le contesto, ¿no la viste de primeras en el desfile? En
otras palabras tal joven era “mucho más valiosa” de lo que había fijado su
padre.
Por otro lado esa noche vimos unos documentales sobre cómo
viven unos pescadores en un Triángulo de Coral en Indonesia. Para sobrevivir,
ellos matan ballenas y uno que otra raya y algunos peces. Así como había buena
pesca también había épocas en que el pequeño pueblo pasaba necesidades. Allí se
encontraba un observador junto con un camarógrafo tomando nota de cómo vivían,
quien desde hacía algún tiempo, viviendo con ellos, había aprendido su
dialecto.
El estaba sorprendido en
particular sobre como ellos vivían y en particular que pronto tendrían que
buscar otra forma de vida, ya que las autoridades les informaron que no podían
continuar matando las ballenas. Aquello iba a ser un problema, su vida era la pesca.
¿O sería que ellos no veían otras alternativas? De paso, en el documental solo
se veían mayores de edad y niños. Así que los jóvenes seguramente habían
emigrado en busca de otra forma de vida. Pero ellos, ¿esperando que?
Al término de varios días
ellos viajaron a otra comunidad donde las autoridades habían tenido que
construir una pequeña ciudadela sobre pilotes. La estructura de las casitas y
el piso de madera, que por el tiempo y desgaste normal si no se caminaba con
cuidado se iría al agua. Esta población de pescadores vivían también con dificultad.
Para los dos visitantes les asignaron una habitación en mal estado. La
separación del piso creaba inseguridad al caminar por él. No contaban con
servicios sanitarios y menos electricidad y agua.
La comunidad no mataba ballenas,
pero les tocaba trabajar más horas dependiendo su vida de lo que la siguiente
comunidad les comprara. Ellos ofrecían sus productos desde sus canoas en
bolsitas y a precio económico. Si no les compraban tendrían que devolverse a su
comunidad y consumirla o perderla dado no contaban con electricidad.
En tal localidad ellos si
contaban con agua y sabían de lugares donde ellos si conseguían peces para su
sustento. Inclusive vendían agua a quienes les vendían sus productos. La única
“distracción” de los pescadores era fumar, y fumar. Indefectiblemente había un
distanciamiento entre las dos comunidades, quedando los que venían a vender en
situación de desventaja. ¿Qué pasaría, sería que solo veían el problema pero no
la solución?
No había duda que cada
comunidad tenía una forma deferente de vida. La última, al parecer se defendía
mejor que las otras dos.
Si aplicáramos la ley de las
fabula de las vacas, uno pensaría que estos pueblos se entregaban, por su falta
de espíritu para sobreponerse al destino. Parece que sí. En otras palabras ellos no habían hecho el esfuerzo para
merecer tan alto puntaje, que de haberse superado lo hubieran logrado.
¡Qué problema! Será que tal
fabula puede aplicarse a aquellos que frente a las condiciones de vida y
oportunidades de trabajo, no las han podido superar! Y de ser así estos pueblos
de leche y miel, en que nosotros vivimos, no han sido fuentes de motivación
para superación, quedando por lo tanto rezagados.
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