OPINION, 6 septiembre 2018
Será posible, será necesario
que tengamos que acudir a un adagio para plasmar en nuestras mentes un mensaje
de “wake up call”, mejor dicho una ‘alarma’? Claro, tenemos que ser sinceros y
reconocer que adolecemos de experiencia en muchos campos y por lo tanto estamos
expuestos a que tomen ventaja de nosotros, si nosotros lo permitimos.
Siempre les he comentado de la
importancia del idioma, pero es que no es solo el idioma lo que nos hace
‘despiertos’, en otras palabras ‘no tonto’, es el desconocimiento de la cultura
donde vivimos y como otros que se creen muy vivos nos sonsacan el par de pesos
que nos ganamos trabajando ‘de sol a sol’. ‘La tenemos perdida’, salvo que nos
despertemos de este letargo.
A veces nos preocupamos por
‘el qué dirán’, como si ello fuera de trascendencia, dejando a un lado aspectos
mas importantes. En determinados casos no corremos la ‘milla adicional’, como
dicen acá, para obtener lo que estamos buscando. Esto implica un cambio en
nuestra forma de actuar, obvio, si lo que pretendemos es tan valioso, debemos
aprender y pronto, a cómo hacerlo.
Un simple ejemplo, me llama
una señora en busca de información sobre oportunidades para que su supervisora
aprenda español. De pronto se le ocurre hablar de un episodio que le pasó al
llegar a una de nuestras clases y la profesora no había llegado, en otras
palabras, dice ella, “había insultado a los alumnos”. ¡Wow! Es difícil pensar
que lo hizo exprofeso o que algo inesperado le impidió cumplir su compromiso.
A lo que le respondo: “Y que
decimos cuando el estudiante no viene a clase, obviamente sin informar a la profesora. ¿Será esto también
un insulto? O utilizamos la “ley del embudo”. Obvio a ella no le gusto mi
respuesta, así que tampoco cumplió con el pedido de su jefe. Ella le llevará el
mensaje que la haga quedar bien, pero obviamente se ha perdido una nueva
alumna.
Pero que tal la experiencia
que he tenido recientemente con mi visita a la Clínica Mayo en Jacksonville.
Una vez terminados las entrevistas, llenado de formularios, evaluaciones por
personal especializado, realización de radiografías de la zona lumbar, CT de la
pelvis noto que en ningún momento tanto el acupunturista como mi médico
primario mencionaron un MRI. Hay que reconocer que el laboratorio que lo iba a
hacer, perdió en un momento el ingreso de por lo menos unos $3.000 dólares.
El médico a cargo de mis
exámenes me entregó un informe con su evaluación e instrucciones sobre acción a
seguir tanto en terapia física como acuática. Dado mi desconocimiento de a
quien contactar para su realización mi equipo de apoyo consiguió entre otros el
de una profesional de la terapia. ¡Wow! Llamé y deje razón para que me
llamaran, solo lo hicieron hasta el día siguiente. ¿Plata para qué?
Al mismo tiempo recordé que yo
conocía un experto profesional de la fisioterapia. Hacía como diez años que no
lo veía. Tuve conocimiento de la institución donde trabajaba. Llamé, dejé
razón, pero obvio “su llamada es muy importante” “deje su teléfono, nosotros lo
llamaremos”. Llamada no devuelta.
De la primera compañía me
llamaron: “Qué le pasa”. Expliqué la razón. El empleado dijo: La primera visita
deberá pagar $185. ¿Por qué?, dije yo. ‘Nosotros tenemos que examinar al
paciente y luego evaluar la acción a seguir’. Dije: Su función es ejecutar lo
que mi médico especialista de la Clínica Mayo ya determinó previo exámenes,
radiografías, etc. etc. El prosiguió: “Es que precisamente tenemos que estar
“in the same page” – en otras palabras coincidir con lo que mi médico pedía -.
Continuó: “Para efectos de
pago, usted nos paga directamente y pedirá reintegro a su compañía de seguros
de salud”. Para hacerlo así le enviaré la descripción del médico, ustedes me
cotizan por escrito cuanto van a cobrar ¿Qué le parece? Obviamente decayó su
interés y afortunadamente el mío. Si de entrada pedían $185 se imagina uno que
cobrarían por cada sesión?
Afortunadamente visitamos a
nuestro amigo en el Martin Health System –
1651 SE Tiffany Blvd., Port St. Lucie, Tel. 772-398-1885 - donde de
inmediato la funcionaria a cargo realizó los contactos del caso con la compañía
de seguros. Aprobado, ‘lo esperamos para su primera cita mañana a las 3 p.m.’.
Que diferencia, trato amable, sin vueltas, con facturación directa a mi
compañía de seguros de salud.
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