domingo, 20 de junio de 2021

“QUE TU ORIGEN NO MARQUE TU DESTINO”

 OPINION, 24 de junio de 2021

¿O que lo marque?  Lo importante es que con  o sin él, logremos lo que deseamos. Bueno, este artículo que me parece interesante para intercambiar opiniones sobre lo que hicimos o dejamos de hacer por diferentes razones, puede resultar más que interesante, inclusive de utilidad. Uno se puede preguntar para quien, sencillo nosotros mismos, nuestros hijos, o nietos. Lo interesante es que si le interesa lo disfrute y aplique si es del caso.  

Para iniciar tendríamos que conocer nuestro origen y una vez conocido deteminar  si ese origen nos marcó o por el contrario ni siquiera lo tomamos en cuenta. Esto por un lado. Si tal origen hubiera tenido directo impacto en tu destino, seria ese el que realmente te hizo salir adelante o por el contrario hizo que te quedaras rezagado. ¡Ah! Pero ¿dónde estábamos nosotros? Que papel cumplimos en ese proceso. Se supone que nosotros fuimos los autores de lo que hoy somos. Obvio, con los altibajos que precisamente superamos exitosamente, bueno eso decimos

El caso es un tanto complicado, si se quiere.. El origen puede referirse a la trayectoria familiar. Esto a su vez viene a determinar lo que nuestros padres, en aquel tiempo, tomaban en cuenta y con vehemencia inculcaban a sus hijos desde los primeros días de vida. Obvio que esto ha cambiado con cada nueva generación.

Aun así, analicemos hasta donde hemos llegado y como, si aquellos principios, raíces, dinastías, etc. tuvieron impacto en nuestro desarrollo y al final del éxito alcanzado, si ello llegó a tener el impacto deseado.

Creo que podemos definir, salvo mejor opinión, la niñez como marco de los principios que nos formaron, nos hicieron,  que nos dieron origen. Si usted lo quiere ver desde otro punto de vista, bienvenido..

Lo que hoy somos, podríamos decir que fue producto del impacto de ese origen o por el contrario fue tan fuerte su impacto negativo que me indujo a lo que llamamos fracaso. Pero también lo podríamos considerar como la fuente que tuvo injerencia al haber desperdiciado tantas oportunidades, malogrando nuestro camino, en otras palabras, lo que hoy soy.

Me pongo a pensar como aquella época de niñez, fue niñez, tal como lo vemos hoy en día. Obvio que no. Indefectiblemente el medio, mejor dicho mis padres y mis hermanos tuvo un impacto tal que a través de sus enseñanzas me ayudaron a superar aquello etapa de mi vida. Cada uno cumplió una tarea que hizo que mi niñez fuera tan positiva.

Claro, fue una etapa de aprendizaje,  alegría, trabajo, estudio, juego, desarrollo, estilo de responsabilidad,  comportamiento. Acá jugaron un papel preponderante mis padres. Sus enseñanzas fueron formando en mí el sentido de responsabilidad, participación en su trabajo, desde recoger ladrillos y arena, lavar el piso, de pronto los platos, tender nuestras camas, preocuparnos por nuestra higiene personal, estudiar en la escuela, inclusive abrir una cuenta de ahorros. ¡Wow!

Acá nació algo que no estaba programado. Aprender a participar de las actividades de lo que era un hogar. Un buen ejemplo, mi madre me creo una de las principales realizaciones personales, viajar, si, viajar a los 10 años en avión y becado, permanecer estudiando lejos de mis padres y hermanos casi un año en un ambiente completamente diferente, Barranquilla tanto que aprendí a nadar, (porque me empujaron) Igual conocí el béisbol,  el balón de futbol y comer pescado.

Pero también, en aquel internado, supe lo que era el estar ausente de mi familia. Seguro que de niño por diferentes razones lloré, pero cosa diferente saber que “detrás de una montaña” allá en la Costa Atlántica estarían mis padres y que ellos vendrían para llevarme a nuestro hogar. Comprender que debería responsabilizarme de mi mismo, cumpliendo con mis estudios y trabajos manuales que todos los estudiantes debíamos realizar, ayudar con el mantenimiento de los pisos, servir por turnos a la mesa, recoger nuestra ropa, cambiar los tendido de cama, etc.

Lo que nos daría, como definición de nuestro futuro, según el título de este artículo “Que tu origen no marque tu destino”, en lugar de ser algo negativo, para mí fue todo lo contrario, fue el inicio de un destino que, como dice nuestro poeta español, Antonio Machado, “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.

Importante, nuestro posicionamiento económico nunca nos limitó nuestro avance, por el contrario fue nuestro motivador. Gracias a ellos y a nuestra personalidad allí estuvimos forjando  nuestra patria, allá, como también acá, si en U.S.A.  

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