OPINION, 24 de junio de 2021
¿O que lo marque? Lo importante es que con o sin él, logremos lo que deseamos. Bueno,
este artículo que me parece interesante para intercambiar opiniones sobre lo
que hicimos o dejamos de hacer por diferentes razones, puede resultar más que
interesante, inclusive de utilidad. Uno se puede preguntar para quien, sencillo
nosotros mismos, nuestros hijos, o nietos. Lo interesante es que si le interesa
lo disfrute y aplique si es del caso.
Para iniciar tendríamos que
conocer nuestro origen y una vez conocido deteminar si ese origen nos marcó o por el contrario ni
siquiera lo tomamos en cuenta. Esto por un lado. Si tal origen hubiera tenido
directo impacto en tu destino, seria ese el que realmente te hizo salir
adelante o por el contrario hizo que te quedaras rezagado. ¡Ah! Pero ¿dónde
estábamos nosotros? Que papel cumplimos en ese proceso. Se supone que nosotros
fuimos los autores de lo que hoy somos. Obvio, con los altibajos que
precisamente superamos exitosamente, bueno eso decimos
El caso es un tanto complicado,
si se quiere.. El origen puede referirse a la trayectoria familiar. Esto a su
vez viene a determinar lo que nuestros padres, en aquel tiempo, tomaban en
cuenta y con vehemencia inculcaban a sus hijos desde los primeros días de vida.
Obvio que esto ha cambiado con cada nueva generación.
Aun así, analicemos hasta
donde hemos llegado y como, si aquellos principios, raíces, dinastías, etc.
tuvieron impacto en nuestro desarrollo y al final del éxito alcanzado, si ello
llegó a tener el impacto deseado.
Creo que podemos definir,
salvo mejor opinión, la niñez como marco de los principios que nos formaron,
nos hicieron, que nos dieron origen. Si
usted lo quiere ver desde otro punto de vista, bienvenido..
Lo que hoy somos, podríamos
decir que fue producto del impacto de ese origen o por el contrario fue tan
fuerte su impacto negativo que me indujo a lo que llamamos fracaso. Pero
también lo podríamos considerar como la fuente que tuvo injerencia al haber
desperdiciado tantas oportunidades, malogrando nuestro camino, en otras
palabras, lo que hoy soy.
Me pongo a pensar como aquella
época de niñez, fue niñez, tal como lo vemos hoy en día. Obvio que no.
Indefectiblemente el medio, mejor dicho mis padres y mis hermanos tuvo un
impacto tal que a través de sus enseñanzas me ayudaron a superar aquello etapa
de mi vida. Cada uno cumplió una tarea que hizo que mi niñez fuera tan
positiva.
Claro, fue una etapa de
aprendizaje, alegría, trabajo, estudio,
juego, desarrollo, estilo de responsabilidad,
comportamiento. Acá jugaron un papel preponderante mis padres. Sus enseñanzas
fueron formando en mí el sentido de responsabilidad, participación en su
trabajo, desde recoger ladrillos y arena, lavar el piso, de pronto los platos,
tender nuestras camas, preocuparnos por nuestra higiene personal, estudiar en
la escuela, inclusive abrir una cuenta de ahorros. ¡Wow!
Acá nació algo que no estaba
programado. Aprender a participar de las actividades de lo que era un hogar. Un
buen ejemplo, mi madre me creo una de las principales realizaciones personales,
viajar, si, viajar a los 10 años en avión y becado, permanecer estudiando lejos
de mis padres y hermanos casi un año en un ambiente
completamente diferente, Barranquilla tanto que aprendí a nadar, (porque me empujaron)
Igual conocí el béisbol, el balón de
futbol y comer pescado.
Pero también, en aquel
internado, supe lo que era el estar ausente de mi familia. Seguro que de niño
por diferentes razones lloré, pero cosa diferente saber que “detrás de una
montaña” allá en la Costa Atlántica estarían mis padres y que ellos vendrían para
llevarme a nuestro hogar. Comprender que debería responsabilizarme de mi mismo,
cumpliendo con mis estudios y trabajos manuales que todos los estudiantes
debíamos realizar, ayudar con el mantenimiento de los pisos, servir por turnos
a la mesa, recoger nuestra ropa, cambiar los tendido de cama, etc.
Lo que nos daría, como definición
de nuestro futuro, según el título de este artículo “Que tu origen no marque tu
destino”, en lugar de ser algo negativo, para mí fue todo lo contrario, fue el
inicio de un destino que, como dice nuestro poeta español, Antonio Machado,
“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.
Importante, nuestro
posicionamiento económico nunca nos limitó nuestro avance, por el contrario fue
nuestro motivador. Gracias a ellos y a nuestra personalidad allí estuvimos
forjando nuestra patria, allá, como
también acá, si en U.S.A.
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