OPINION, 4 febrero 2021
Definitivamente cada día nos
trae una nueva emoción, algo que nos anima a vivir o sentir el deseo de hacer
muchas cosas. Claro, decimos nosotros, todo depende de nuestro estado de ánimo.
¿Será posible? Acaso ¿no estamos animados todos los días? Creo que existe uno o
muchos factores que nos pueden animar o lo contrario, todos los días.
No será que nos exponemos a
nuestro estado de ánimo para actuar. No hay duda, no podemos pasarle la pelota
a otros, ellos pueden tener injerencia, pero somos nosotros lo que debemos
definir el sí o el no. Por ello la persona más importante en nuestras vidas, es
indudablemente cada uno de nosotros. Pues sin ello, como podremos ser los ejes
de realización de la vida, de nuestro compromiso con Dios, con el hombre,
consigo mismo.
No podemos dejar de lado la
trascendencia que juega nuestra personalidad dentro del medio en que vivimos.
No solo por nuestra familia y círculo social, no, por la sociedad como tal.
He visitado recientemente Youtube
en busca de educadores españoles que se encuentran haciendo presentaciones
sobre temas de trascendencia, con
títulos muy sencillos. Un ejemplo: “El valor de la actitud” por el presentador Victor
Kuppers.
Precisamente Victor cita a
Martin Luther King, quien dejara de
herencia, entre otros factores positivos esta frase: “En esta generación
tendríamos que arrepentirnos, no de las maldades que hace la gente mala, sino del abrumador silencio de las personas
buenas”. ¡Wow! Bestial. Esto ya lo había escuchado pero no en esta forma
tan tajante que nos deja muy tristes. Claro hemos dejado pasar y pasar
muchísimas cosas y como si nada. Entre nosotros comentamos, pero no actuamos.
Será posible que hayamos
llegado a tal extremo, o mejor que a pesar de tal grado de indiferencia continuemos
participando activamente de lo que sucedió. Verdad que es inaudito y lo que es
peor que los causantes continúan con su mismo cuento haciendo creer que ellos
son los seres que sufren por los goles
que no pudieron meter a pesar de su frustrada y reconocida participación.
Será que somos tan complejos
que solo nos encontramos en determinados momentos para tomar determinadas
decisiones. Seguro que sí, hay momentos que mejor dejamos para más tarde, ya
sea por razón anímica o falta de pruebas que nos permitan tomar tales
decisiones. Mucho tiene que ver las características que cada caso implique la
complejidad o facilidad de tales decisiones.
Es cierto que en algunas
oportunidades preferimos utilizar expresiones que nos liberan de nuestra decidía,
por ejemplo, para “mañana” y así nos quitamos la presión. Esto puede facilitar
o complicar nuestra posición. A quienes debemos contactar, ver o visitar van a
marginarnos. Claro, si pedimos algo y ante la demora no actuamos, preguntando
en qué estado se encuentra, estamos afectando nuestros planes y al mismo tiempo dando una mala impresión.
Se me presentó el siguiente
caso. Debía contactar un ortopedista. Primera opción consultar el website de la
compañía de seguros. Como cosa extraña no aparecían dichos profesionales. Opté por
buscar a través del browser de internet. Había muchos profesionales pero un
poco distantes. La mayoría no daban citas sino hasta la siguiente semana. Un
poco incómodo por la dificultad para encontrar lo que necesitaba, opte ir a un centro ubicado sobre la US1 con
la calle 90 en Port St. Lucie.
A tientas llegamos al lugar
que buscábamos, el Florida Orthopaedic Specialists. Corrimos con gran suerte no
cola, éramos los únicos para atención. Recepcionista de inmediato tarjeta del
seguro de salud y pase de conducir además de la razón de la visita. Una vez
iniciado el proceso de chequeo, disponibilidad del facultativo lunes a las 3
p.m. Que se debe llenar un formulario, pero que lo puede llevar, para llenarlo
en casa. Como siempre, felicité a la recepcionista, agradeciendo su fina
atención y deseando que pronto la ascendieran. Ella sonrió.
Lo que me parecía algo
aburrido se convirtió en una fina atención. Tanto que al felicitar a la persona
a cargo, le indiqué que ella era un ángel, ella sonrió y dijo “Pero será en
el cielo”, a lo que acoté, No, porqué la
necesitamos aquí, no allá.
Lo que pensé que iba a ser
algo tedioso, resultó todo lo contrario. Claro, comprendo que probablemente el
caso no sea para todos igual, pero no hay duda que si hacemos lo posible por
manejar nuestras relaciones con la estrategia adecuada, podemos asegurar un
resultado positivo para las partes.
No olvidemos que quien maneja el caballo es el jinete, por lo tanto debemos mantener el mejor estado de ánimo.
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