OPINION, 18 mayo 2017
Este título podría cambiarse
para tratar de definir cómo puede uno, no solo economizar dinero, o mejorar la
posición económica o salir de pobre y sin más ni más, ser feliz con lo que se
tiene.
La decisión es sencilla: o
vivo con lo que tengo o con el presupuesto de lo que gasto, menos ingresos. Si
es con lo que tengo, de pronto me quede corto y si lo hago con lo que gasto mi
ingreso no me permitirá lograrlo. Esto quiere decir que para las dos
alternativas necesito incrementar mi ingreso a no ser que baje mis costos de
vida. Mejor dicho optimizar el uso de los recursos actuales.
Todos tenemos nuestras
limitaciones y a cada uno le damos definiciones diferentes, según nuestra
personalidad y forma de vida. Poder
disponer de recursos suficientes para cualquier época de nuestra vida es algo
que podríamos llamar complejo o sencillamente algo que requiere dedicación,
estrategia y cumplimiento.
Tomemos en cuenta lo que nos
dicen las estadísticas de la National Institute on Retirement Security de la
Reserva Federal sobre el ahorro para la vejez. El 28 por ciento de la población
entre los 30 y los 44 años de edad no tienen reservas para cuando se jubilen. Si
esto se presenta cuando se supone que estamos en la plenitud de nuestra
producción, ¿qué será en los 50 o los 60’s?
Por otro lado, aun cuando
usted no crea que esto tiene importancia para efectos de este artículo, China
está cambiando su dieta, mejor dicho poca gente come arroz y fideos cada día
como en el pasado. ¡Wow! Todos estamos en proceso de cambio, bueno eso creo yo,
¿y usted?
La decisión de cambio está
en nuestras manos. Y todo dependerá de nosotros al definir lo que tiene
fundamental importancia, en lo que cada uno desee lograr. Es posible que no sea
fácil determinar que se quiere hacer, como, cuando y donde, con qué recursos,
etc. Fundamental organizarnos, para lograr lo que nos proponemos.
Un ejemplo sencillo nos hará
más práctico comprender el propósito de este artículo. Decidimos cambiar el
aspecto del jardín que ocupa el espacio del frente de nuestra casa. Cuanto
costará, será la primera pregunta, cuanto tiempo tomará, que clase de plantas
utilizaré y luego su mantenimiento, diario, semanal, fertilizantes, agua, etc.
Creo que antes de haber
empezado debo dar por terminada mi idea ya que esto me demandará un jardinero que
se encargue del proyecto ‘pues no voy a ser tan tonto’ de hacerlo
personalmente, especialmente si tomo en cuenta el clima, ya cálido de Port St.
Lucie. Como usted ve este proyecto requiere tiempo, dedicación y dinero.
Primero hagamos un PARE. Si,
¿por qué tendré que utilizar mis recursos económicos para este proyecto? Por qué no lo realizo personalmente;
economizo recursos y obtengo satisfacción personal. No esta mala la idea.
Veamos que pasó.
El presupuesto para este
proyecto demandará el desembolso de un dólar, si uno solo. ¡Wow! What, ¿are you
crazy? en menos de dos horas, ¿plantando unas 15 plantas? Abriendo huecos, colocando abono, trasplantando
plantas, e inclusive irrigándolas manualmente. Cómo nos damos cuenta, tal
proyecto se realizará en un abrir y cerrar de ojos. La gran diferencia: El
deseo de hacerlo por el gusto de tenerlo.
Para este proyecto, ya tenemos
en otra parte de nuestro patio, bambúes, sábila y otras plantas decorativas que
adornan el jardín interior. Tomada la decisión, y ya que uno de mis estudiantes
canceló clase, dedicaré tal tiempo a sacar adelante este proyecto. Han pasado
casi dos horas y ahora tenemos un precioso jardín, cuyo costo ha sido de solo
un dólar, correspondiente a medio bulto de tierra abonada.
Como vemos fue decisión y
acción y listos. Hemos logrado un objetivo valorizando el bien. En otras
palabras hemos incrementado el valor y la satisfacción personal de nuestra
residencia sin afectar nuestro presupuesto.
Este simple ejemplo nos da
una idea de querer es poder. Pero debemos tomar la decisión, cualquier que ella
sea y por lo dolorosa que sea, hoy. Cada día que pasa nos exponemos a continuar
gastando lo que no tenemos, para pagarlo con lo que no ganaremos, por lo que la
ecuación nos dará bancarrota. Salgámonos de las estadísticas y creemos nuestra
propia economía. La decisión es nuestra.
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