OPINION, 17 de junio de 2021
Les he comentado con relativa frecuencia la conveniencia de visitar Youtube en Internet. Hasta que no lo visitemos va a ser difícil encontrar las mil variedades útiles, productivas, creativas, sensitivas, etc. Sin duda todo depende de nosotros NO olvidemos que estamos acostumbrados a la televisión o el cine solo para buscar un medio de distracción. Obvio que hay cientos, pero muchas veces ni los vemos, menos los encontramos..
Encontré un video, común, pero
con un atractivo. Veamos. El transporte de grandes equipos en tracto mulas, a
terrenos que solo hasta ahora se están desarrollando, están apareciendo en el
mercado de muchos países, tanto de fabricantes como de empresarios. Uno de
ellos es Australia, por ejemplo, con un millón de hectáreas.
En este caso, una persona está
observando la forma como se trasladan equipos o alimentos en tracto mulas que inclusive
cuentan con sus montacargas, con pesos de hasta 100 toneladas. Coincide con la
aparición de una camioneta un tanto desgastada que conduce Timmy, un hombre de
color con larga experiencia en la conducción de vehículos.
Timmy, residente de Villa
Bauer Kane, pequeña población que ni aparece en ningún mapa de Australia, aun
así cuenta con servicio eléctrico, se entera que dos niños gemelos familiares
han muerto en Barrkira, a 10 horas de
distancia. Su misión, realizar los servicios religiosos allí. Timmy, es miembro
de esa tribu, pero ya no vive con ellos, aun así está comprometido de palabra.
Timmy,
dice: ‘Instead of us owing the land, the land owns us’. ‘The land is part of
you when you die’. “En lugar de nosotros poseer
la tierra es ella la que nos posee”. La
tierra es una parte de ti cuando tu mueras”.
Su tribu lo había nombrado
“Traditional Chief”, razón por la cual l se sentía comprometido a estar
presente, sin él no habría el cumplimiento religioso, según lo establecido por
su religión. Todos ellos son muy pobres.
Su tribu, si se puede llamar asi, consta de unas 12 familias. Con mayor razón Timmy
consideraba que debía de estar allí, preservando el espíritu de familia y el
cumplimiento de sus principios religiosos.
Una vez que arriba, se reúne
con la comunidad, se concreta la celebración del acto fúnebre a la mañana
siguiente. En el intertanto quienes han venido de lejanos lugares para
acompañarlos en su pena, acomodan sus tiendas de campaña y se preparan.
No se puede observar toda la
ceremonia, aun así vemos como colocan su misal titulado ‘God-Wanarrwu Walnamirr
Dharuk’, en una mesa, y Timmy proceden a realizar la celebración del acto
fúnebre, haciendo notar la pérdida de los dos niños gemelos, al mismo tiempo
todos moviendo su cintura en forma rítmica. Es para uno difícil poder
comprender la forma en que tanto los padres como sus acudientes expresan su dolor.
Terminada la parte religiosa. Se inicia lo que nosotros expresamos como baile, donde los hombres cubren su fax con una cal, llevando algo parecido a un bastón pero más largo, que los acompaña en su danza. Es extraordinario ver su rítmico movimiento, pareciera que están actuando en una presentación teatral. No, era su forma de expresar su dolor y seguramente para acompañar a los niños en su viaje a la eternidad.
Lo sorprendente del ritual, es
que tanto Timmy, como los miembros presentes y visitantes, jóvenes o no, son familia y por lo tanto, en momento de
dolor deben respetar las costumbres de sus milenarias tribus. Nos podemos
preguntar, pero y ahora ¿como les van a dar de comer a sus miembros?
Dios para todo da. Tres o
cuatro miembros se dirigen hacia la playa y desde allí con sus lanzas de delgado
bambú, afilado en su punta, se dirigieron y pronto divisaron los peces que allí
se mueven con gran agilidad, sin saber qué pronto serán parte de la comida de
aquella noche. Con el sigilo y experiencia de todos los días, rápidamente
insertan sus lanzas, con gran certeza, han cumplido su misión.
Hubieran podido pescar
cocodrilos, con mucho peligro, pero con gran acierto. Su experiencia les ha
permitido vivir con limitaciones que han superado hasta el presente. Mientras
los pescadores hacían su trabajo, otros preparaban el fuego sobre piedras y
maderos.
No eran muchos, la mayoría
escasos de dientes, salvo un taparrabo y su choza, aun así seguían siendo
miembros de una familia, su comunidad. Comunidad que aun cuando lejos de otras
superaban el diario vivir con dignidad y principios religiosos, donde su Dios
está representado en la tierra y como tal, a él acuden.
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